"La búsqueda de un sonido es eterna"

Lejos de querer deslumbrar o de enfervorizar a todo público en festivales folklóricos como el de Cosquín, para ellos tres la música recorre otros senderos desde geografías cercanas y se proyecta sin límites: puede llegar a atravesar, en quietud intensa, en energía latente,
los cuerpos de quienes oyen. Y es lo que provocan los del Trío MJC: músicos jóvenes afincados en Córdoba capital, a esa mirada provinciana y central, desde la cual se espliegan a distintas regiones de Argentina e incluso de Latinoamérica (ver recuadro).
En la conjunción de bandoneón (Pablo Jaurena), piano (Jorge
Martínez) y aerófonos (Mauro Ciavattini), reúnen exploraciones sobre las músicas populares arraigadas a
la tierra, al conocimiento de las tradiciones y a los riesgos sonoros, desde el ojo académico y el popular. Y
como ellos, una extensa generación de compositores e intérpretes desarrolla formas originales para leer estas huellas. O buscarlas adelante. El Trío MJC la ha llamado, en su tono, "música argentina contemporánea", instalando esa doble relación, hacia la raíz y la indagación técnica en melodías y arreglos instrumentales, con múltiples ecursos para repensar esos territorios.

"El trío demostró que podía generar algo novedoso para las propuestas que había en ese momento -2005-, y creo que incluso para las que hay en la actualidad", dice Pablo Jaurena; asiente Jorge Martínez bajo el toldo del bar, a resguardo del sol cordobés, y aún no llega Ciavattini:
fue a retirar una quena que le terminó un luthier amigo. "Los grupos instrumentales no abundan -sigue
el del bandoneón-, o por lo menos no hay, más o menos, en nuestra generación. Tenés a Raúl Barboza, gente que tiene su conjunto, pero grupos que hagan folklore así, no sé: Franco Luciani, pero es más un solista. Es importante que hayamos buscado la manera de que el grupo se mantuviera durante siete años en constante crecimiento". En 2007 editaron el primer disco, Arreglos, y el desafío se constató con el segundo, ...El viento los amontona, que editaron en 2011 y en el que abordaron una selección
nada previsible de obras folklóricas y algunos temas propios: las interpretaciones activan distintas
texturas; el piano y el bandoneón construyen un sonido bien criollo a la vez que de cámara y con aires jazzeros;
Ciavattini varía entre el saxo alto, el soprano, flautas y quenas, y los ritmos no diluyen su esencia, su color. Además, sumaron invitados en un mapeo ideológico común:
Hilda Herrera, Ramón Ayala, Juan Falú, Chango Spasiuk, Raúl Carnota, Raly Barrionuevo y Mariana Carrizo.
"Yo creo -siente Jaurena- que la música instrumental apela a distintas cosas: al no estar la inmediatez de la palabra tiene muchos más significantes. A lo mejor hay una música
cuya letra dice ‘tristeza' y probablemente esté aludiendo a eso. Pero hay muchas músicas que pueden ser tristes por momentos, o según quien las escuche". Si bien ya hay marcas
de trío instrumental en el folklore argentino (basta pensar en los que, desde los 80, impulsó Lito Vitale),
cada vez que se proyecta un nuevo grupo, e incluso si logra arribar a Cosquín, como el Trío MJC, suele
decirse, tempranamente, que algo se reinventa. Jaurena sonríe: "Pero uno se encolumna siempre en una
tradición. No inventamos nada".

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 111 - agosto 2012)