Los superhéroes no van a la escuela

En estos tiempos en los que uno desconfía de todo lo que
lee, se permite también desconfiar hasta de la ciencia
ficción. ¿Puede Bruce Banner tener el poder del increíble Hulk o es sólo una fanfarroneada del autor? El periodista científico Juan Scaliter, reconoce que "enojarnos tiene consecuencias en nuestro organismo: aumenta la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y la producción de testosterona, disminuye el cortisol (la hormona del estrés) y la actividad cerebral se activa más". E incluso que "en un momento de ira, si nuestra presión sanguínea se reduce y llega menos sangre a la piel, ésta cambia a un color más pálido y puede que nos vean de color amarillo o un poco verdoso". Pero advierte: "Los rayos gamma que causaron la mutación de Hulk habrían sido demasiado para Bruce Banner y en lugar de mutarlo, lo habrían matado. A él y a miles de personas. Una explosión de rayos gamma es millones de veces más potente que la explosión del sol."

Teniendo en cuenta que estos cómics surgieron a mediados del siglo pasado, podemos decir que algunos de sus autores fueron visionarios, que usaron como herramienta su gran capacidad de imaginación. Algunos de los poderes que inventaron pudieron realizarse y otros no. En todo caso, los mejores avances de la ciencia han sido teorías imaginarias en un primer momento. Como un mutante de laboratorio, Juan Scaliter (argentino radicado en España) enfrenta a los superhéroes con su enorme poder: la ciencia y el buen humor. En su libro La ciencia de los superhéroes (Ed. Robin Book), pone bajo el microscopio a más de 60 personajes, una raza superior que adquirió atributos mágicos a causa de la radiación nuclear, el éxodo alienígena, la mutación o experimentos de laboratorio
fallidos. De alguna manera, sus creadores siempre intentaron buscarles a sus hijos mutantes una explicación científica. Por eso están a prueba, a la luz de las leyes de la física: la gravedad, la atmósfera, la masa del cuerpo, las ondas magnéticas y sonoras, la velocidad de las
partículas, entre otras.

-¿Se puede decir que los superhéroes son cada vez más reales?

-No sé si todos se acercan más a la realidad, pero muchos de sus poderes ya son recreados por la ciencia: el traje de Ironman ya existe, la combinación de resistencia y ligereza de la seda de las telas de arañas también ha sido recreada, muchos de los gadgets que usa Batman, materiales invisibles, la creación de vida artificial... hay muchos ejemplos.

-¿Cuál es el origen de los superhéroes?

-El género cómic, y en particular los superhéroes, nació como reflejo y necesidad de una sociedad en una época determinada. Cada personaje reflejaba un valor, para bien o para mal, que estaba presente en esa sociedad. Por ejemplo: el mismo año que hizo su aparición Superman,
se estrenó la Guerra de los Mundos: 1939. Era por esa fecha cuando comenzaban la carrera espacial, las primeras investigaciones serias. Entonces la gente no sabía qué pensar acerca de posibles extraterrestres: podían ser buenos como Superman o malos, como la radionovela de Wells. En ese contexto, el origen de los personajes refleja las preocupaciones del momento y casi todas tienen que ver con la ciencia: los experimentos de la era nuclear y las mutaciones, la era espacial y los extraterrestres...