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Documental: Nicaragua, el sueño de una generación

"Nicaragua era el ojo del huracán revolucionario"

Acechados por la dictadura cívico-militar, muchos militantes argentinos tuvieron que exiliarse. Lejos de anclarse en la nostalgia, canalizaron sus sueños en un proceso revolucionario nuevo, naciente, esperanzador: Nicaragua. Sudestada charló con dos documentalistas que plasmaron, en un proyecto audiovisual, la Revolución Sandinista a través de los ojos de los argentinos que fueron a colaborar con el Frente Sandinista de Liberación Nacional.

El lugar en el que había que estar

Nicaragua, el sueño de una generación es un documental guionado y dirigido por Roberto Persano y Santiago Nacif Cabrera, con Daniel Burak como director consultante, con producción de Juan Andrés Martínez Cantó y ADART Producciones y con un material de archivo impecable.

Durante más de 70 minutos, el proyecto audiovisual recorre la Revolución Sandinista que, el 19 de julio de 1979, venció a la dictadura de Anastacio Somoza, hijo del viejo dictador del mismo nombre; aquel que en 1934 fue el asesino de Augusto César Sandino, héroe de la resistencia
nicaragüense frente a los Estados Unidos. El documental fue
estrenado, precisamente, el 19 de julio en el cine Gaumont y en agosto se exhibirá en los espacios INCAA del país.

El hilo del relato son las voces e los militantes argentinos que, exiliados durante la última dictadura cívico-militar, recalaron en Nicaragua frente al nacimiento de un nuevo proceso revolucionario. Si bien muchos colaboraron militarmente en la revolución, otros depositaron sus sueños frente a un país nuevo, literalmente en ruinas, en el que más de la mitad de su población no sabía leer ni escribir. Así, las voces de los cineastas Jorge Denti y Nerio Barberis (quienes documentaron el proceso revolucionario), la epidemióloga Felisa Lemos (dirigió el Centro de Salud Cuá Bocay), Pola Augier (coordinó la Policía Sandinista), el economista Néstor Napal (asesoró a cooperativistas), el periodista
Jorge Luis Pampa Ubertalli (entrenó milicias populares),
la politóloga María Luisa Licha Babini (trabajó en el agro y la industria láctea), entre otros; reflejan los sueños de una generación, que colaboraron con el Frente Sandinista
de Liberación Nacional desde las campañas de alfabetización hasta la recolección de café. Sin embargo, en el documental hubo una postura clara sobre cuál iba a ser el eje narrativo.

-No se dice si los militantes fueron Montoneros o del PRT, por ejemplo, sino lo que hicieron en Nicaragua.

Santiago: -No quisimos centrarnos en el pasado militante de cada uno. Nunca fue objetivo de la película reflejar sus militancias en Argentina, sino directamente cómo fueron sus llegadas a Nicaragua. En todo caso, a un modo más de introducción, se cuenta cómo llegaron, cómo se habían escapado de Argentina y en qué circunstancias, por su grado de militancia.

Roberto: -Más allá del partido político o del movimiento al que pertenecían, lo importante que queríamos rescatar era la historia de esta gente como representante de una generación que, debiendo exiliarse del país y consecuentes con su filosofía y construcciones políticas, van a Nicaragua y fomentan y apoyan una revolución que acá no se pudo dar. Inclusive en un país donde la contrarrevolución estuvo muchas veces apoyada por los militares argentinos.

S: -También cuentan los mismos protagonistas que, más allá de sus diferencias políticas en Argentina, en Nicaragua las hacían a un lado y combatían todos por el sandinismo.

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 111 - agosto 2012)

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Autor

Lucas Pedulla