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Papeles amarillos

Ni una jubilada menos

Una medida del Gobierno puso en peligro la jubilación de miles de mujeres. En mayo de este año amenazó con la no renovación del plazo para tramitar las moratorias previsionales. En julio, un comunicado del ANSES anunció una prórroga para mujeres de entre 60 y 65 años, pero la medida escondía trampas. Este es un recorrido por la conquista de un derecho al que pudieron acceder amas de casa y mujeres que trabajaron en condiciones precarias toda su vida, y que hoy tambalea en un contexto de ajuste y crisis.

Independencia económica. Eso representó para María Gloria Mauroni el cobro de su jubilación: "Me dirás que con tan poco… Sí, con tan poco". María Gloria es docente y cuando nació su cuarto hijo, por razones de trabajo de su marido, la familia se mudó a Neuquén desde Rosario. "Fue ahí donde empezó mi vida exclusiva como mamá y ama de casa", dice.

Con suavidad pero con firmeza, desliza sus palabras y toma una de las tres banderas del peronismo para definir el sentimiento que la desbordó el día que salió el trámite de su moratoria: "Jamás imaginé que un gobierno fuera a reconocer mi trabajo como ama de casa. Nunca había considerado esta tarea como un trabajo, para mí era un placer cuidar de mis hijos y de mi casa. Pero a ese placer se le agregó un reconocimiento de dinero y un reconocimiento social. Es muy simple lo que digo, pero es como lo siento".

Entre 2006 y 2016, la Ley 24.476 de moratoria previsional, sancionada en 1995 e implementada por el gobierno de Néstor Kirchner, incluyó a alrededor de 4 millones de jubilados y jubiladas al sistema previsional. La inclusión de todos aquellos trabajadores y trabajadoras que durante su vida, por falta de respuesta del empresariado y del propio Estado, no habían podido aportar al sistema formal en el marco de un trabajo registrado, se dio a través de un mecanismo por el cual podían comprar años para jubilarse, descontando una proporción de los haberes que percibían mes a mes.

En términos estrictamente económicos, además de otorgar una jubilación, la transferencia de ingresos hacia sectores sociales que generaron consumo, implicó la creación de un círculo virtuoso que se convirtió en un motor fundamental de crecimiento. Una de las características que tuvo la moratoria, y que por eso se la ha conocido popularmente como "jubilación para amas de casa", es que el resultado de esa incorporación obtuvo un 90 por ciento de beneficiarias mujeres y un 10 por ciento de varones.

María Gloria forma parte de ese universo que es feminizado como consecuencia de una cultura patriarcal que invisibiliza las tareas reproductivas, sacándoles valor, cuando en realidad son imprescindibles para el sostenimiento del sistema social y económico de un país. Su naturalización supone profundizar los niveles de desigualdad y subordinación de las mujeres. Lo cierto es que eso que llaman "amor", es trabajo no remunerado.

El disfrute en este sentido es una variable independiente al hecho de que esas tareas deban ser consideradas como un trabajo y una responsabilidad compartida...


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Autor

Celeste Abrevaya