Aborto legal

El 28 de septiembre es el Día internacional de lucha por la legalización del aborto. Un día más para visibilizar la necesidad de una ley imprescindible. ¿Hace falta llenar con datos duros y reales más páginas? ¿Es necesario recordar que una mujer muere cada dos días por la realización de abortos inseguros? ¿Hace falta aclarar, además, que son las mujeres pobres las que corren los peores riesgos, por no contar con el dinero para realizarse un aborto clandestino?

Hoy, incluso cuando el artículo 86 del Código Penal contempla el aborto no punible en caso de violación, un juez en Esquel le niega la posibilidad de la atención por parte del Estado a una niña de 12 años que fue violada.

Hoy, mientras una mujer llega a la guardia de la maternidad en Tucumán, la jefa del área y una residente la denuncian, se niegan a atenderla, permiten que la policía ingrese a tomarle declaración mientras se encuentra convaleciente. La objeción de conciencia sigue siendo la carta de impunidad para los médicos, la moral cristiana sigue siendo una bandera que se enarbola desde la clase que accede a abortos caros y sépticos, la discusión filosófica del comienzo de la vida continúa ocupando los argumentos de los progresistas. Y mientras tanto, quienes no tienen acceso a esas prácticas, mueren de muertes evitables, desprotegidas por la falta de una ley que habla de igualdad de posibilidades y de verdadera justicia social.