Después de trece años de permanecer en el aire con Leña al fuego, el programa fue levantado de Radio Ciudad. Herman Schiller, su conductor, habla sobre "el único programa de izquierda de todo el sistema"; sobre su militancia desde los 70 y su alejamiento de Madres en 2006.
Había un lugar, un espacio. Radial pero también físico. En el que se podían escuchar todas las voces de la izquierda y todas las causas y protestas: "Sacábamos al aire el conflicto social que hubiera en cualquier parte. Sólo debían venir a la radio y tenían el micrófono", asegura Herman Schiller para describir Leña al fuego, el programa que durante trece años condujo todos los sábados en la Radio de la Ciudad de Buenos Aires.
Uno sabía que estaban allí. Y si no eras un oyente fijo, una vez cada tanto servía para poder contestarte: "¿A ver en qué andan los troskos?". De todas formas, además de las de diversos representantes de la izquierda marxista, también se podían escuchar las voces de trabajadores en lucha, jubilados, representantes de organizaciones sociales o de derechos humanos y víctimas del gatillo fácil. Intelectuales como James Petras o ex montoneros, integrantes del PRT-ERP y hasta kirchneristas como Luis D' Elía o Edgardo Depetri.
Sí, todos a la misma hora y en el mismo lugar. Con fuertes debates y de alto nivel. Pero lo más llamativo: generalmente en paz. Sólo con los dedos de una mano se pueden contar las veces en las que las discusiones se pasaron de la raya durante las casi 700 emisiones.
Schiller asegura que esto fue así por la repercusión y la libertad que se daba para expresarse a los entrevistados. Pero seguramente había algo más. Schiller es respetado por mucho más que su tarea periodística. La militancia por los derechos humanos lo encuentra en sus filas desde las épocas tan complicadas como los 70, años en los que se animó a denunciar las desapariciones en el diario de la comunidad judía Nueva Presencia. Desde allí su lucha no cesó: participó activamente en la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, de donde fue expulsado en 2006 junto con otra serie de figuras críticas al Gobierno Nacional.
Pero el final llegó en Radio Ciudad. Transcurrieron cuatro jefes de gobierno sin que pudieran, o se animaran, a levantarlo del aire. Sin embargo, hacia fines del año pasado un proyecto que pretende relanzar todos los medios de la Ciudad hizo levantar la totalidad de la programación de la AM 1110. Y Leña al fuego no podía ser la excepción.
"En el marco del lanzamiento de Macri en su carrera presidencial, se preguntaron: ‘¿Por qué si el gobierno tiene su multimedio y Clarín también; nosotros no?'. De ahí surgió esta idea que parte de Radio de la Ciudad, el Canal de TV de la Ciudad y algunas páginas web. Y por supuesto, en ese proyecto un programa como el nuestro, de la izquierda revolucionaria, no entra. Porque esta idea es hija de puta pero no boluda: uno se hubiera esperado que trajeran a los yuppies de ultra derecha; pero, por ejemplo, el capo de todo esto es Carlos Ares, que viene de ser el director de La Maga y de la escuela de periodismo TEA; no es un fascista. Pero si vos analizás los discursos de Mussolini en 1922, utilizaba expresiones de izquierda; lo mismo el nazismo. No digo que sean nazis, pero sí que hay algo en la máquina de propaganda que muchas veces confunde a las masas. Si no que me expliquen a qué se debe que se hayan dedicado todo un día a poner a los Redonditos de Ricota", cuenta Schiller.
-A medida que pasaban los gobiernos en la Ciudad, nos preguntamos si Leña al fuego iba a resistir... ¿Por qué ahora la baja?
-El nuestro era un programa con cierta repercusión. Era el único que medía en una radio casi sin audiencia, porque luego de la entrega de la frecuencia 710 hecha por el menemismo a Hadad, se había transformado en una radio de baja frecuencia. Era el único programa de izquierda en todos los medios del sistema. Yo creo que no nos sacaron antes porque sabían el lío que se venía. Imaginate que ahora fue declarado de interés cultural por la legislatura porteña. Pérez Esquivel le mandó una carta durísima a Macri para que vuelva el programa. Se formó una comisión de solidaridad que reúne a figuras como Osvaldo Bayer, Jorge Altamira y el mismo Pérez Esquivel. También una multisectorial convocada por Correpi armó una movida con más de 500 personas en la puerta de la radio, en la que participaron casi todos los partidos de izquierda, menos el PC. Zanon mandó uno de sus referentes, Raúl Godoy, y van a presentar en la legislatura de Neuquén un proyecto de repudio.
(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 112 - septiembre 2012)
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