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Entre líneas

La doctrina francesa

Con años de instrucción en las sombras, Francia cumplió un rol clave en la instauración del terror en Latinoamérica. Con técnicas traídas de la Guerra de Independencia argelina, los instructores franceses ilustraron la manera en la que podía obtenerse información clave para la batalla contra la guerrilla: la tortura.

Los métodos

Los periodistas y fotórafos que abarrotaban la sala de la conferencia de prensa estaban preparados para tomar nota de cada palabra y cada gesto que el Teniente Coronel Philippe Mathieu se dispusiera a expresar. La situación en Argelia no era de fácil manejo, y la represión se acentuaba, mientras el Frente Nacional de Liberación (FNL) clamaba por la independencia contra la colonización francesa establecida desde 1830. Como respuesta a los atentados que se produjeron en diversos lugares públicos de la región, se había resuelto que la 10ª División de Paracaidistas asumiera la "responsabilidad del mantenimiento del orden" en Argelia, principalmente en el barrio la Casbah, núcleo de planificación de la insurgencia del FNL.

La ciudadela estaba cercada y los controles policiales eran cada vez más severos, pero con la llegada del nuevo coronel el sistema para aniquilar al FNL tomaría un nuevo rumbo. En las clases que dictaba a sus subordinados acerca de los manejos de la organización, Mathieu focalizaba la atención en el adversario y, luego, los métodos para destruirlo.

-Hay 80 mil árabes en la Casbah, ¿están todos en contra nuestra? -preguntaba a la clase, mientras cerraba las cortinas del aula para comenzar a exhibir unas imágenes-. Sabemos que no. En realidad, hay solo una minoría que se impone con terror y violencia. Esta minoría es el adversario que tenemos que aislar y destruir. Es un adversario que se coloca en la superficie y en la profundidad, con métodos revolucionarios bien combinados y tácticas originales.

Con una seña, Mathieu dio la orden para que comience la proyección. Entre ciudadanos argelinos que caminaban por las calles de la Casbah, esquivando a los uniformados con ametralladoras en las manos, las palabras del teniente coronel eran como una voz en off para las imágenes que los "alumnos" tenían frente a sus ojos. Lo que ellos veían eran filmaciones captadas por algunas cámaras ocultas diseminadas por el barrio, que servían para vigilar y observar los métodos que los policías aplicaban a los habitantes. Mathieu pretendía demostrar la inutilidad e ineficiencia de esos procedimientos que constaban, en algunos casos, en pedir documentos a los residentes.

-Es un enemigo anónimo, irreconocible, mezclado con otros mil que se asemejan -explicaba, apoyado contra la pared, al lado de la pantalla-. Lo encontramos en todas partes: en las callejuelas de la Casbah, en las calles de la ciudad europea y en los lugares de trabajo. ¿Pero quién es? ¿Cómo se lo puede reconocer?

Sin duda alguna, la concepción del método era de vital importancia en la lucha contra el Frente. Así lo manifestaban ellos, y así era entendido. En la conferencia de prensa, un periodista se paró y preguntó:

-Coronel Mathieu, se ha hablado mucho no solamente de los éxitos obtenidos por los Paracaidistas sino de los métodos que serían utilizados por los mismos. ¿Usted puede decir algo al respecto?

-El éxito es el resultado de esos métodos. Lo uno presupone a lo otro, y viceversa -sentenció el coronel-.

-Perdone, Coronel -interrumpió otro periodista-, tengo la impresión de que por un exceso de prudencia mis colegas insisten en hacer preguntas alusivas a las que usted solo puede contestar con alusiones. Pienso que sería mucho mejor llamar a las cosas por su nombre. Si se habla de torturas, que se hable de torturas.

-Vamos a intentar ser exactos -respondió Mathieu-. La palabra tortura no aparece en nuestros diccionarios. Siempre hemos hablado de interrogatorio como único método válido en una operación de policía dirigida contra una banda de desconocidos. Por su parte, el FNL pide a sus miembros, en caso de captura, mantener el silencio durante 24 horas. Después pueden hablar, pero la organización ha tenido tiempo para inutilizar cualquier información dada por ellos. Y nosotros, ¿qué tipo de interrogatorio deberíamos elegir? ¿El utilizado por Tribunales que por un delito de homicidio dura varios meses? El problema no es éste. El problema es que el FNL nos quiere echar de Argelia, y nosotros queremos quedarnos.

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 101 - agosto 2011)

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Autor

Lucas Pedulla