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La trama oscura de la policía y los poderes en Santa Fe

Apuntes para una narcohistoria

Dos mil veces creció la cantidad de cocaína secuestrada, según las cifras oficiales de la provincia de Santa Fe, entre 1988 y 2012. Ningún otro negocio experimentó semejante multiplicación. En forma paralela, cientos de pibes fueron asesinados en las barriadas. En estos 24 años, el narcotráfico se ha metido en los pliegues del Estado (nacional y provincial) con complicidades en ejecutivos que accionan al servicio de las minorías, con legislativos que no denuncian y con tribunales que penalizan a los perejiles. La consigna del momento pareciera ser narcomafias o democracia.

Norma, Gabriel y Hugo

-Ahora yo tengo todas las cartas en las manos -le dijo el flamante jefe de La Santafesina SA, Hugo Tognoli, a Norma Castaño, en los pasillos del Ministerio de Gobierno de la ciudad capital del segundo estado argentino.
La señora, mamá de Gabriel, adicto desde hacía años, lo había denunciado por suministrar información a los narcos de su barrio y cajonear distintas averiguaciones que lograron junto a las demás mujeres con las que conformaron "Madres
Solidarias". Para ella fue una amenaza. Sintió que le decía que ahora él tenía el poder real y que podía hacerle cualquier cosa. A ella o a su hijo.

Tognoli asumió como titular de la Dirección General de Drogas Peligrosas de la Policía de Santa Fe en 2008, durante la administración de Hermes Binner. Dos años después su nombre ya figuraba entre los policías vinculados al narcotráfico, aquellos que protegían a los que convertían a pibes como Gabriel en consumidores consumidos.

-Lo fuimos a ver para ponerlo en conocimiento de lo que estábamos haciendo y pedirle que detuviera a los vendedores barriales. Nos dijo que sí, que nos fuéramos tranquilas, pero luego veíamos que cada vez vendían más y andaban en mejores
autos... -repitió Norma por estos días, luego de conocida la investigación de la Policía de Seguridad Aeroportuaria que hace centro en Tognoli como potencial beneficiado de una red de trata de personas, por un lado, y otra vinculada al narcotráfico.

-¿Cuánto querés para retirar la denuncia contra Tognoli? -fue la pregunta directa de un dealer.

-Necesito drogarme, mamá. Pero no voy a robar... -le decía Gabriel a Norma Castaño mientras lloraba abrazado a ella. Lejos del lugar, Tognoli se convertía en jefe de La Santafesina SA, la expresión individual de una trama que tiene, por un lado, un fenomenal crecimiento económico y, por otro, la cuenta negra,
la sangre joven derramada en los barrios de las principales calles de las ciudades santafesinas.

Las estadísticas oficiales santafesinas sostienen, en sus primeras mediciones, que entre 1973 y 1988, el negocio de la cocaína en la provincia fue de 3 kilogramos secuestrados
en esos quince años. Una cifra absurda pero oficial. A razón de doscientos gramos por año. A mediados de 2012, la cantidad de cocaína secuestrada era de 200 kilogramos. Es decir, 200 mil gramos. En un cuarto de siglo el negocio se multiplicó por mil. No hay otra actividad económica que multiplique el dinero de tal forma.
En aquellos lejanos años setenta, la división policial encargada de combatir la droga se llamaba "Unidades
Especiales", después se llamó "Drogas Peligrosas" y hoy "Prevención y control de adicciones".

La narcopolicía

Cuando asumió como titular de Drogas Peligrosas, se sabía que el hijo de Hugo Damián Tognoli era arquero de las divisiones inferiores de Ñuls. Su representante era, nada menos, que Roberto Pimpi Caminos, el jefe de la barrabrava en tiempos de la presidencia de Eduardo López. Aquella administración recibió la imputación de lavar diez millones de dólares a través de una causa iniciada por la AFIP; el dueño de la tribuna, acusado de distribuir droga en la zona sur de Rosario y el padre del pibe, por entonces alto oficial de la llamada Dirección General
de Drogas Peligrosas de la Policía de la Provincia de Santa Fe, terminó siendo el jefe de la misma durante la administración del socialista
Antonio Bonfatti.
Después llegaron las denuncias de Norma Castaño y las Madres Solidarias.

(La nota completa en la edición de Sudestada Nº115 - Diciembre 2012)

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Autor

Carlos Del Frade