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Carlos Aznárez, Rodolfo Walsh y la resistencia

ANCLA, una historia clandestina

Cuatro personas con cuatro máquinas de escribir y un mimeógrafo combatieron el cerco del horror desde la clandestinidad. Rodolfo Walsh fue el mentor de ANCLA, una agencia de noticias que emitió más de 200 cables informativos en el período 1976-77. Un libro de reciente edición recopila gran parte de ese trabajo. Carlos Aznárez, uno de sus integrantes, habló con Sudestada sobre la militancia, el compromiso, la muerte y qué significaba ser periodista en tiempos difíciles.

Habría sido asesinado monseñor Angelelli", disparó un cable informativo el 30 de agosto de 1976. Casi un mes antes, el 4 de agosto, el obispo de La Rioja había muerto en un supuesto "accidente automovilístico", mientras regresaba de la misa conmemorativa por la Masacre de San Patricio, en la que tres sacerdotes y dos seminaristas habían sido acribillados por un grupo de tareas. Pero el cable continuaba: "En numerosas comunicaciones hechas llegar a parroquias de esta capital (...), se informa que 'monseñor Angelelli fue asesinado', a través de la colocación de un mecanismo de traba en las ruedas de la camioneta Fiat 125".

Sin embargo, ese cable contrainformativo no era el primero ni el único. "Campaña de censura y represión contra el periodismo"; "Torturas y asesinatos de los presos políticos de Córdoba"; "Denuncian la matanza de hijos de guerrilleros"; "Identidad de quince fusilados en Pilar"; "Represión en barrios del Gran Buenos Aires", son algunos de los más de 200 cables que ANCLA (Agencia de Noticias Clandestina) diseminó.

Creada por el periodista, escritor y militante Rodolfo Walsh, ANCLA comenzó a funcionar en abril de 1976, con la dictadura militar ya instaurada. Walsh convocó a Carlos Aznárez, Lila Pastoriza y Lucila Pagliai, compañero y compañeras de la agrupación guerrillera peronista Montoneros, para sumarse al proyecto. Más de tres décadas después, un libro de reciente edición recopila gran parte de los que cables que se pudieron rescatar.

ANCLA. Rodolfo Walsh y la Agencia de Noticias Clandestina 1976-1977 fue publicado por Ejercitar la Memoria Editores. El archivo aún está incompleto, debido a la dificultad en reunir todo el material. La recopilación estuvo a cargo de Cacho Lotersztain y Sergio Bufano, integrantes de la editorial, que también decidieron incluir la "Carta a mis amigos" y la "Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar", ambas firmadas por Walsh. Obviamente, participaron Aznárez, Pagliai y Pastoriza, que escribieron tres textos introductorios. Además, sumó su esfuerzo el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas en Argentina (CeDInCI).

La rigurosidad periodística de ANCLA asombra y enmudece. El estilo periodístico es sobrio y preciso, y adquiere una connotación especial al recordar que los integrantes se jugaban la vida en producir, contrastar y escribir cada noticia. En su prólogo, Pagliai ofrece algunas claves: "Walsh enseñaba que la mayor parte de la información es pública y está 'sobre los papeles': para ello planteaba no sólo una lectura atenta de diarios y revistas, sino también de discursos y boletines oficiales, actas de reuniones empresariales, guías de sociedades anónimas y de asociaciones intermedias, hechos judiciales, encuentros educativos y culturales, actividades de sociedad, avisos y notas necrológicas (...). Había que hacer inteligencia de la noticia". Otro dato importante: el nombre. ANCLA remitía a la marina, y eso suscitó muchas dudas en el propio seno de las Fuerzas Armadas. Tiempo después, Pastoriza pudo comprobar que tanto el Ejército como la Marina se inculpaban mutuamente.

ANCLA funcionó hasta 1977. Walsh había sido asesinado el 25 de marzo de ese año y Pastoriza, secuestrada meses después. Pagliai y Aznárez estaban exiliados y la Agencia quedó a cargo de los periodistas Horacio Verbitsky y Luis Guagnini, que sería secuestrado y desaparecido en diciembre. Además del análisis, la interrelación y la evaluación de los datos por parte de los y las periodistas, ANCLA contaba con un gran número de colaboradores. Muchos de ellos también están desaparecidos, como el escritor de El Cronista Comercial Eduardo Negro Suárez (junto a su esposa Patricia Villa, de Inter Press), Carlos Bayón, Norma Bastsche Valdés, Miguel Coronato Paz, Mario Galli, Luis Alberto Vilellia, Adolfo Infante Allende.

La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 113-Octubre 2012

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Autor

Lucas Pedulla