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Sobre Arlt...

Se dice de mí

Fue un "obrero de la palabra" y un cronista curioso, instintivo y febril, confiriéndole a nuestra literatura una fuerza vital, y a puro oficio se ganó un lugar privilegiado en la historia argentina, erigiéndose en un hito indiscutible en la vanguardia de la literatura nacional.

El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad libros que encierran la violencia de un cross a la mandíbula.
Roberto Arlt

Siempre lo digo. Los que me conocen saben que siempre lo cito, porque escribir es transpirar y llegar al fondo. También, tocar fondo. De Arlt aprendí la violencia trágica de la observación, pero también la gracia de la ficción, la elipsis, la soltura y la desfachatez de hablarme desde lo escrito hasta el cansancio, hasta ganarme, como lectora, también por cansancio. A pura piña. A puro mazazo de izquierda y derecha, de izquierda y derecha.

Polifacético, melancólico, intempestivo, Arlt fue uno de los pocos que se sumergió en una "angustiante y cruel" Buenos Aires de principios de siglo para encerrarse luego, con las ropas empapadas, a pincelar esos submundos de personajes marginales y rebeldes pero, a la vez, delirantes y desesperanzados que protagonizan sus obras.

Este "escritor maldito", como él mismo se bautizó, nació un 1, un 2, un 7 o un 14 de abril, porque él mismo varió la fecha de su natalicio en distintos textos. Lo cierto es que "Roberto Godofredo Christophersen Arlt", nombre ficticio que decía tener, nació un día de abril de 1900 en el barrio porteño de Flores; hijo de un prusiano rudo y una campesina austríaca de lengua italiana.

Fue un "obrero de la palabra" y un cronista curioso, instintivo y febril, confiriéndole a nuestra literatura una fuerza vital, y a puro oficio se ganó un lugar privilegiado en la historia argentina, erigiéndose en un hito indiscutible en la vanguardia de la literatura nacional.

Dicen que, como Almafuerte, se acostaba vestido, por si algún rapto de inspiración lo sorprendía durante la noche y lo empujaba a la calle.

(La edición completa en Sudestada de colección Nº9 Borges vs Arlt)

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Autor

María Laura Fernández