El discurso reaccionario de Hadad ya no es una amenaza. Hoy está entre nosotros. Por eso vale recordar a un personaje tan nefasto como influyente de los medios.
Egresado de la Universidad Católica Argentina, referente del Opus Dei y nacionalista en el peor sentido de la palabra, Hadad se hizo un lugar en los medios con el programa La trama y el revés, asociado de inmediato con el carapintada Mohamed Alí Seineldín. Denunciado como vocero de la mafia del correo de Alfredo Yabrán por Domingo Cavallo y sospechado de recibir junto con Marcelo Longobardi una mensualidad generosa por parte del empresario Benito Roggio, Hadad comenzó su carrera careciendo de una imagen creíble y sin gozar de la simpatía de sus colegas. "El tipo más benigno con nosotros es Hadad", reconoció el ex represor Guillermo Suárez Mason, como si alguien pudiera dudar de tal afirmación, más aún conociendo la excelente relación que une a Hadad con el hijo menor de Emilio Massera, con la Iglesia y con las Fuerzas Armadas. Después de obtener la concesión de AM 710 gracias a su amistad con Carlos Menem, Hadad transfiguró la ex Radio Municipal en la llamada Radio 10, rápidamente posicionada como la más escuchada a partir de un mensaje que intentó canalizar la indignación creciente hacia un contenido de derecha muy cercano al fascismo.
Veamos apenas un caso paradigmático y poco conocido del accionar de Hadad: el 30 de agosto de 1999, el auto de Sebastián Cabello, preparado, embistió en una picada y a 160 km/h al coche que conducía Celia Carman. El choque desde atrás y el fuego terminaron con la vida de Celia y la de su pequeña hija de tres años. El caso Cabello fue uno de los más comentados en los medios por esa fecha y para Eduardo Feimann, columnista de la radio de Hadad, el joven Cabello era un "hijo de su madre", eufemismo utilizado para evitar referirse al joven con un insulto. El habitual estilo ofensivo de la radio tenía en Cabello a uno de sus objetivos lógicos durante los días que siguieron a la muerte de Celia y su hija. Sin embargo, en diciembre de 1999, algo cambió entre los integrantes de Radio 10, en particular en Feimann. Cabello ya no era ese "hijo de su madre", sino que era "un joven que se equivocó", o "ese pibe que destruyó dos familias" (igualando el dolor de la familia de Celia Carman con el de los padres de Cabello), y el programa El oro y el moro tuvo una sorpresiva nota en primicia con el propio Cabello en la cárcel, entrevista que llevó adelante el mismísimo Eduardo Feimann. Con un cuidadoso cuestionario, más preparado para el desahogo con lágrimas y todo de Cabello que para la ofensiva habitual del columnista, la radio asumió una postura extrañamente comprensiva, casi paternal con el responsable de la muerte de dos personas. Muy curioso, demasiado.
Ese mismo día, Sergio Rosales, el marido de Celia y el padre de Vanina, salía al aire en otra radio con una denuncia que explicaba con claridad la mutación del discurso de Radio 10: "Lo que pasa acá es que la defensa cambió la estrategia, ahora van a salir en todos los medios. Quise hablar en Radio 10 y no me dejaron porque uno de los abogados de Cabello ahora es el señor Oscar Salvi, que es dueño de la radio", afirmó. Así era, el abogado Oscar Salvi, gran amigo de Daniel Hadad y socio inversor de Radio 10 había asumido la defensa de Sebastián Cabello y había reclamado un pequeño favor a sus amigos: comenzar a cambiarle la imagen a su defendido, utilizando la radio más escuchada del país para ello. Hadad transmitió el pedido de Salvi a su marioneta Feimann, y todo solucionado. La ética no parece ser una palabra que figure en alguna grilla de programación de Radio 10.
Otro hito en la carrera de Hadad fue la aparición de su revista La primera, que ya en su tercer número no dejó dudas acerca de la posición ideológica de su propietario: el título de tapa era "La invasión silenciosa", y en una extensa nota se describía un alarmante aluvión zoológico de inmigrantes procedentes de países vecinos hacia Argentina: "Ya son más de 2 millones. Les quitan trabajo a los argentinos. Usan hospitales y escuelas. No pagan sus impuestos. Algunos delinquen para no ser deportados". El lenguaje utilizado en el artículo representa la expresión más reaccionaria que se haya leído en la prensa de los últimos años. El antológico artículo, que bien podría llevar la firma de Joseph Goebbels, representa una síntesis contundente del mensaje discursivo de Hadad y compañía.
La lista de hazañas periodísticas de Radio 10 y el multimedios Hadad sigue: el muy extraño sainete de los guerrilleros truchos en Concordia, Entre Ríos, fue el caso emblemático que abrió los ojos a los observadores del fenómeno Radio 10. "Somos un poco rebeldes", comentaba irónico el propio Hadad, cuando las críticas arreciaban y las mediciones crecían. Es que, más allá de denunciar al responsable de difundir un discurso, resulta inevitable comprender que para que ese mensaje prenda de la manera que lo hizo, tiene que existir el contexto de crisis que le abra las puertas. Si Radio 10 está primera en audiencia, algo malo debe estar pasando.
(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada N°4)
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