Cantoras del Chile rebelde

Ellas fueron parte de la versión 2019 de "El derecho de vivir en paz", la canción de Víctor Jara que grabaron –en octubre– emblemáticos músicos chilenos, y que inspiró a las fuerzas en las calles, las universidades, los barrios y las redes sociales como un vector del Chile en ebullición contra el sistema neoliberal pinochetista. Ana Tijoux, Francisca Valenzuela y Camila Moreno son tres de las artistas pop más importantes de su país. Pero su repercusión creciente jamás las alejó de su sintonía –ética y estética– de cara a las transformaciones pendientes para Chile.

Ardió Chile, sigue latiendo, y ellas siempre elevaron sus melodías urgentes, consustanciadas con otros y otras compositoras, intérpretes y cancionistas de todos los géneros. El 23 de octubre, Moreno y Valenzuela habían sido parte del colectivo de músicos que caminó hasta La Moneda (la casa de gobierno) para entregarle a Sebastián Piñera una carta, en nombre del gremio de músicos, diciendo: "En estas horas de angustia, dolor, violencia, represión y muerte, los artistas tenemos un compromiso con Chile".

El documento demandó: "Detener el lenguaje bélico, sacar a las Fuerzas Armadas de las calles, cambio de gabinete, acuerdos con las fuerzas políticas para adoptar cambios que sean incorporados al presupuesto de la Nación". Desde Francia, Ana Tijoux también alertaba acerca de lo que iba ocurriendo y ponía su voz y sus temas al servicio de las protestas. Días atrás, Tijoux, Valenzuela y Moreno abrieron espacio y tiempo para dialogar con Sudestada acerca de esta rebelión multiplicada, una vez que se disipó el humo y el verdadero Chile, con sus desigualdades en cuotas interminables, quedó a la vista de todos.

Repasaba Valenzuela: "La comunidad cultural y musical está apoyando el movimiento social y las demandas sociales y políticas de la ciudadanía: subir sueldos mínimos, mejorar pensiones y modificar el sistema de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), educación, salud, asamblea constituyente vinculante plurinacional, reconocimiento, reparación, justicia para pueblos originarios, apoyo solidario en el transporte público, entre muchos otros. Una de las consignas es 'hasta que la dignidad sea costumbre'".

Por otra parte "denunciamos y llamamos a detener los abusos, torturas, la violencia ejercida por policías y las fuerzas especiales del Estado", alertaba Valenzuela. "Tenemos más de 2 mil heridos, 20 muertos, 200 personas con lesiones oculares, abusos sexuales, torturas y más. Recientemente se supo que los perdigones son 20 por ciento de goma y 80 por ciento de plomo y duros. Hay uso indiscriminado de fuerza y violencia en contra de manifestantes pacíficos, hombres, mujeres, adultos mayores, personas con capacidades diferentes y niños".

En el mismo sentido, también "se han violentado hospitales y liceos. Hay violaciones a los derechos humanos en Chile y el gobierno ha invisibilizado esto –y a las víctimas– sistemáticamente, y no ha pedido ni la denuncia del director de Carabineros. El gobierno ha sido consistente en su ineptitud: poca conexión, empatía y humanidad. Ha dividido en vez de unir; ha sido incendiario con su discurso". Aquí, Francisca Valenzuela, Ana Tijoux y Camila Moreno detallan el proceso rebelde; analizan el rol de la comunidad musical en las protestas, captan el ejemplo feminista alrededor y distinguen cuáles son las huellas del entramado neoliberal que habrá que superar en el Chile del mañana. Es decir, desde este mismo día.

"Hubo un complot del ejército y de todo el Estado. Hay cuerpos que aparecen calcinados, pero las autopsias demuestran que fueron asesinados por balas. Y lo absurdo es que la televisión no habla de eso en absoluto. Hay un silencio cómplice de la prensa burguesa, como se dice en Chile", denunció en francés, en la TV parisina y ante millones, la potente rapera, cantautora, letrista y performer Ana Tijoux, de 42 años...

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