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Entrevista: Adriana Calcanhotto

"Las canciones sobrevivirán en cualquier lugar"

Entrevista con la artista brasilera que le dio una impronta femenina y personal a la manera de crear sambas. En esta charla, habla de su último disco, O micróbio de samba, del proceso creativo y del papel del artista para romper barreras.

Se mira leve, cansinamente Adriana Calcanhotto al regresar a su casa de Río de Janeiro, oyendo sambas de noche para confirmarse en las tradiciones en el aire y reiniciar las propias, convocando otras voces en su voz. Y al ver alrededor se halla consigo misma, acompañada de las figuras cercanas. ¿Qué hay ahí? "Esta habitación tiene mis diccionarios, mis dos gatitas negras, Luisa y Sofía, y la vista de mi hermoso jardín en las afueras. Cuando estoy acá puedo decir ‘yo estoy en casa'. Y eso, para quien vive en la calle, no es tan poco como puede parecer".

Allí trabaja, busca melodías la cantautora, guitarrista y escritora brasileña de cabello oscuro y vibrantes ojos verdes: en el invierno de 2011, Calcanhotto presentó en Argentina su espectáculo "Trobar nova", derivado de los diez temas de su último disco, O micróbio de samba. Material que es el octavo de su recorrido, presentación que es excusa para declarar renovadamente su pasión por ese ritmo vital del Brasil en su voz de cancionista moderna, afincada en las vanguardias de la Música Popular Brasileña (MPB) y a las herencias de sus amigos de generación, desde el calor del Tropicalismo (Caetano Veloso, Gilberto Gil, etc.) a Miles Davis, Tom Jobim y el propio João Gilberto: esa batida de guitarra que influyó a todos.

De ahí viene también el afán por el samba, que seduce desde siempre a Calcanhotto, nacida en Porto Alegre, Río Grande do Sul, el 3 de octubre del 65, y arraigada a esta casa tranquila en el otro Río, la ciudad de ritmo fragoroso en la que encuentra espacios para la contemplación inesperada de sambas nuevos. En la que halla los misterios que deja fluir en O micróbio de samba, en el que la palabra con potencia minimalista y femenina discute atrevida, elegantemente, con los hombres que rigen los sambas clásicos. Cuenta Calcanhotto: "Este grupo de canciones fue siendo escrito sin la intención de grabarlas. No pretendí hacer un ‘disco de samba'; al contrario: fueron canciones que escribí entre 2006 y 2010, prácticamente todo lo que compuse en ese tiempo y que en determinado momento decidí editar. Por lo tanto, no encontré muchas dificultades porque no tenía metas u objetivos que debían alcanzarse. Por primera vez grabé material todo compuesto por mí en un álbum de cantautora", dice y completa en portugués: "mas as vozes das mulheres nessas sambas vieram espontaneamente, de modo muito fluido e natural".

Es el movimiento de los sambas corporizados en mujeres, siente Calcanhotto: poner esas voces al frente para que el samba gane otros sentidos. Es ese amor por el género que elige vivir como algo contemporáneo (en el disco toca guitarra, piano, caja de fósforos, cuica y hasta bandeja de té) y no un ilustre homenaje al pasado de los señores sambistas. Ese micróbio de samba que fue nombrado, ya, por el referente gaúcho Lupicínio Rodríguez (1914-1974). A él, se dice, lo expulsaron del colegio San Sebastián tras una semana de clases por no dejar de batir el tambor y de sambar misteriosamente, y tiró esa frase que Calcanhotto hizo suya: "Vea que, desde pequeño, llevaba en la sangre el microbio del samba, ese microbio que creció conmigo y no quiere abandonarme. Cuanto más viejo soy, más se aferra a mí".

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 106 - marzo 2012)

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Autor

Patricio Féminis e Ignacio Portela