Buscar

En la calle

Cuando las paredes hablan de crisis

Aunque hoy sean vistos como algo pintoresco, los murales y pintadas en las estaciones de ferrocarril y en las esquinas de reunión de asambleas barriales son una manifestación artística que representa con imágenes las vivencias de los sectores más afectados por la crisis.

Al decir de Walter Benjamin, "todo documento de cultura es un documento de barbarie". Y efectivamente, la crisis que estalló en diciembre de 2001 y su prolongación revelan un trasfondo de barbarie que comienza con las dictaduras (militares y económicas), el desvalijamiento, la explotación, la miseria, la marginación, la represión que moldearon la sociedad en la que estamos viviendo.
La crisis sacó a relucir la "barbarie" de nuestra sociedad, y con ella también trajo a individuos que se encontraban tapados por la "fiesta" y la aparente opulencia en que vivíamos. De la misma manera reaparecieron problemáticas de discusión para nada novedosas, pero que adquirieron su particular articulación en este contexto.

Uno de los espacios donde confluyeron esos sujetos y los temas de discusión fue el de las asambleas vecinales y barriales, que de acuerdo a su localización geográfica han sabido aglutinar un espectro variado de actores que va desde ahorristas-caceroleros, pasando por desocupados, hasta estudiantes y militantes barriales y de partidos políticos. Algunas asambleas se han disuelto, otras permanecen "ocultas" pero plenamente activas tras la supuesta recomposición económica que les ha quitado "pantalla". No obstante su falta de visibilidad, hoy las calles y las estaciones, por donde quiera que uno vaya, exhiben a través de murales y pintadas las huellas de los sujetos y de los temas que -aunque siempre presentes- hicieron su reaparición tras el estallido de fines de 2001.

¿De qué hablamos cuando hablamos de la crisis? Precisamente la variedad de los afectados por la represión, la desocupación, la confiscación y la miseria, ha generado una especial combinación de interpretaciones. Dicha conjunción se ha plasmado en una de las revitalizadas manifestaciones callejeras: los murales y las pintadas. Como verdaderos frescos de época, retratan la "barbarie" de una sociedad que constantemente se empeña por "tapar la basura". Así, muchos de los temas que retornan son representados en estos murales: la política, no ya en la estrechez de su sentido formal, sino recuperando al pueblo como sujeto activo; la violencia, que nunca se fue, y que no sólo hace alusión a su faz represiva-militar sino también a la cotidianamente impuesta por un sistema económico que muestra su incapacidad para distribuir equitativamente la riqueza que genera; y la de un pensamiento situado (en sentido geográfico) que recupera, o asume si se prefiere, que nuestra sociedad se encuentra en América Latina.
Evidentemente los dos primeros temas mencionados se entrelazan en sus representaciones. De un lado, cuerpos movilizados y muertes, del otro, balas, palos y represión. Sea que las imágenes evoquen las intensas jornadas del 19 y 20 de diciembre, aquella del 26 de junio en Puente Pueyrredón, o la de los desnutridos de barrios que no se encuentran tan alejados del centro político del país, no sólo componen la representación de la crisis. También son una forma de mostrar la conciencia asumida y el retorno de la Política: ya no es la opinión pública personificada en los números provistos por una consultora la que constituye el sujeto político, antes bien, es el pueblo el que ha vuelto a ocupar su lugar (lo que no es poco decir en un país donde perfectamente se podría rastrear una antigua tradición de revuelta popular)...

(La nota completa se puede encontrar en Sudestada N°34 de noviembre de 2004)

Comentarios

Autor

Aníbal Corrado