El viento suele soplar con fuerza por estos caminos del sur y a su paso, muchas veces, deja sus huellas marcadas. De vez en cuando, es verdad, complica las cosas, vuela las chapas, maltrata los árboles, despeina a las señoras. Pero pasa, y su murmullo de viento cambia el color de las cosas.
Sudestada, contra todos los pronósticos (no meteorológicos sino, digamos, agoreros) llega hoy a su quinto número en la calle, en tiempos de crisis, recesión y desempleo.
Quienes pusimos nuestros brazos en esta aventura sabemos reconocer a los que nos apoyaron desde el principio (amigos, familiares, desconocidos), y también a quienes nos siguen ignorando con una habilidad proverbial (funcionarios municipales, por ejemplo). Del esfuerzo de esos amigos es también este humilde orgullo de conseguir lo que nos propusimos cinco meses atrás, cuando pedíamos suscripciones solidarias que mucho se parecían a un mangazo liso y llano. Atrás quedaron las dudas, las corridas, las malas sangres, la alegría del producto terminado, el abrazo real o imaginario con grandes como Salinas, Fontanarrosa, Cortázar y Polosecki. Atrás quedó también el vender la revista en cada centro o actividad cultural que se cruzara, apelando al interés de sorprendidos transeúntes.
Para nosotros, los de este lado del papel nos queda la certeza de que a veces hay que jugarse todas las fichas y no temer, que ya no vale esperar tiempos mejores cuando se tiene algo para decir, y que se puede subsistir sin un mecenas, sin subvenciones ni aportes de punteros de poca monta. En marzo volvemos, segurísimo. Pero en este número final del año nos damos el gusto de agregar cuatro páginas más y de una entrevista de rechupete con Salinas como para cerrar contentos la tranquera durante el verano. A los que apoyaron con publicidad, notas, comentarios y críticas, muchas gracias.
A los que nos trataron de mala forma o intentaron difamar este proyecto, el camino es largo y ya veremos quiénes tenían razón.
Terminan cinco partos para Sudestada (perdón, seis con el de Carlitos Miles), y por eso no queremos comenzar esta pausa hasta marzo sin antes brindarles nuestro aplauso a los artistas que resisten de corazón (perdón por la dulzura), los que van por todos lados a la caza de oídos atentos, los que tocan en los trenes y colectivos por monedas, los que actúan con pasión ante auditorios mínimos, los que no se la creen y te hablan de igual a igual, los que saben que los guetos nunca son buenos y por eso hay que buscar abrirse.
Nosotros aportamos lo nuestro, porque pensamos que para hablar de cultura no hace falta rascarse el mentón o fumar pipa mirando desde arriba. También se puede ser respetuoso y hacer las cosas con afecto, humildad y buen humor.
El viento sopla con fuerza por estos pagos, y nada más grato que pararse de frente al ventarrón y cerrar los ojos, para dejarse llenar de ese aire que limpia y que promete tempestades en el horizonte.
El colectivo de Revista Sudestada esta integrado por Ignacio Portela, Hugo Montero, Walter Marini, Leandro Albani, Martín Latorraca, Pablo Fernández y Repo Bandini.
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