Buscar

El galpón del viejo Charly

Lester Young: Jazz a 45° de inclinación. Lo importante no es la posición.

(Buen año para todos. A modo de despedida, es el deseo de todos los que de alguna forma trabajamos en el galpón para regalarles a ustedes estas hermosas historias que a lo largo de cinco entregas fueron contando anécdotas o momentos en la vida de algunos de los distintos personajes de este género musical. Desde ya muchas gracias por prestarnos aunque sea un poco de atención, y esperamos que en un futuro no muy lejano volvamos a encontrarnos para seguir deleitándolos con nuestro humilde trabajo. Sin mas que decir, los saluda la familia del galpón: Charly, Vero y Miles. Se va la quinta...)

Para esta última entrega me propuse primero arrancar mi búsqueda por el lado visual y estético, antes que por lo musical. Buscaba algo que me impresionara a simple vista, que me impactara desde lo característico que poseía alguno de estos genios del jazz. Algo que los identificara y describiera de tal forma que con solo mirar uno pudiera darse cuenta quiénes eran cada uno. Agarré al azar algunos libros y revistas y me dispuse a observar.

Demás está decir que los que impactaron a simple vista fueron Dizzy Gillespie y su trompeta doblada para arriba, Thelonius Monk con su gorro ruso, el cual llevaba puesto permanentemente hiciese frío o un calor impresionante, Armstrong y su pañuelo blanco con el cual secaba su transpiración y la de su trompeta, pero el que más me sorprendió fue este muchacho llamado Lester Young, el cual tenía como elemento identificable no su saxo sino la posición que elegía para tocar, ya que inclinaba su cuerpo a 45° para tocar. En todas las fotografías que fui viendo este sensacional saxofonistas aparecía en este curiosa posición y fue lo que más me impacto y lo que me llevó a investigar el porqué de la elección de esa pose.

Lester Young, nacido el 27 de agosto de 1909 en Woodlando, Mississippi, hijo de un músico de circo del cual heredó su vocación musical; supo abrirse camino en la música ya de grande (alrededor de los 27 años). Tocó primero en la orquesta de Fletcher Henderson (en la cual había tocado el propio Armstrong), reemplazando a Coleman Hawkins, otro sensacional pionero del saxo en las orquestas de jazz.

Pero al cabo de un tiempo el bueno de Henderson, desbordado por su talento, firmó un papelito a pedido de Lester diciendo que no lo había expulsado de la banda, pero finalmente lo apartó. Young agarró sus cosas y se fue a Kansas City a tocar con la banda de Count Basie, a quien le había enviado un telegrama preguntándole si necesitaba un saxo tenor.

Ahí es donde nos lleva la raíz de nuestra historia. Fue en el Reno Club, junto a la orquesta de Count, donde Lester tuvo que asumir esta posición debido a que el espacio en el lugar era ínfimo para una banda como la de Basie, y nuestro amigo debía girar el cuerpo 45° y también la embocadura de su instrumento para no pegarle con su saxo en la cabeza a algún colega.

Pero no sólo se lo reconoce a Lester por su posición poco escolástica para tocar, sino también por su música, la cual influyó a toda una generación de músicos, incluidos Miles Davis, Dizzi Gillespie y hasta el mismísimo Charlie Parker. Se puede decir que él el que le aportó poesía y arte al jazz, que para ese tiempo era una música pura y exclusivamente de entretenimiento, además hablaba muy poco ya que lo hacía (y cómo) a través de su instrumento.

A pesar que muchos lo señalaron como el precursor del be bop, el siempre se definió como un músico de swing. Su relación en el acto de la creación espontánea hizo que su estilo fuera único e inimitable, tal es así que su querida amiga Billie Holliday (la cual le puso el apodo de Presidente), llegó a decir que "cuando Lester toca, parece que canta y te da la sensación de que estás oyendo la letra".

Para terminar recomiendo que hurguen en algún lugar de esta zona donde vendan discos y compacts porque siempre aparecen algunos compilados donde pueden encontrar lo mejor de este maravilloso músico. Se lo recomiendo.

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada N°05)

Comentarios

Autor

Carlos Ortíz