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Andrés París, ex comandante de las FARC

"En la legalidad hay mejores condiciones que durante la guerra"

El proceso que protagonizan las FARC-EP en Colombia, de ejército guerrillero a fuerza política legal, avanza en piso pantanoso. Mientras el Estado hostiga y no cumple con los acuerdos, la base rebelde sigue intentando construir una mirada política que permita configurarse en alternativa en el corto plazo. En esta nota con Sudestada, el ex comandante Andrés París, da cuenta de los muchos obstáculos en el camino de transformación y los nuevos desafíos que se avecinan.

Andrés París nació en 1955 con el nombre de Jesús Emilio Carvajalino. "Adopté el nombre de Andrés por mi hijo y París como un homenaje a la Comuna de París". Muchos de quienes ingresaron a las FARC evocan la práctica del re-bautizo como un asunto de seguridad, pero siempre flota en el aire la idea de un nuevo nacimiento. En el caso del ex comandante París fueron treinta años de vida "enmontado". "Eran momentos difíciles, pero a pesar de ello hicimos diplomacia internacional y logramos buenos amigos. De hecho quien le habla tuvo la tarea de construir las relaciones con Hugo Chávez", revela. Como parte de los Acuerdos de Paz, a finales de agosto de este año las FARC-EP formalizaron el nacimiento de un nuevo partido con una sigla parecida, pero con una nueva denominación y muchas críticas por el "continuismo": de Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia-Ejército del Pueblo pasaron a llamarse Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. En la estructura del nuevo partido, París obtuvo el puesto número 27 dentro de las votaciones en las que se eligió al Consejo Político Nacional, cuerpo colectivo de decisiones integrado por 169 miembros. En diálogo exclusivo con Sudestada, París habló sobre el paso a la legalidad, los nuevos vínculos con la "clase política", los medios de comunicación y la opinión pública. Además, abordó sin rodeos temas espinosos como la degradación de una guerra de más de cincuenta años, el secuestro de civiles y el narcotráfico. "Todas las entrevistas ubican este tema como fundamental", se queja y retruca: "Si nosotros éramos los 'únicos responsables' de esto, ahora que ya no somos guerrilla y no estamos con las armas en los territorios, ¿por qué se están expandiendo los cultivos ilícitos en Colombia?".
–¿En qué estado se encuentra la implementación de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno colombiano y las FARC?
–La implementación está en un estado avanzado de incumplimientos. Ya debería estar resuelta la liberación de todos los prisioneros de guerra, en tanto que están cobijados por una amnistía de iure. Las garantías políticas y de apertura democrática están avanzadas en la legislación que se viene aprobando en el Congreso de la República, pero aún así se está violando una de las principales garantías como es el derecho a la vida, en tanto que el paramilitarismo crece y el asesinato de antiguos combatientes continúa. De modo que, en lugar de ser un momento de grandes realizaciones, es un momento de grandes frustraciones.
–Respecto de los asesinatos de activistas sociales, ¿usted los atribuye a un plan sistemático o son parte de la inercia que dejó cincuenta años de guerra?
–Yo creo que es un plan estratégico. Y podríamos hacer un símil con el "Bolero de Ravel" entre el pasado y esta ola que estamos viendo ahora. Colombia ha sido sometida a distintos episodios en los que se asesinan a líderes sociales. Así se vienen asesinando compañeros que recientemente se incorporaron a la actividad legal y también a líderes sociales que, curiosamente, se encuentran en las zonas de tradicional influencia guerrillera y en las zonas cubiertas por la Jurisdicción Electoral Especial. Están descabezando al liderazgo que pudiera jugar un papel relevante en la aspiración al parlamento por vía de las jurisdicciones Especiales.
–¿Cómo se mantiene la voluntad conciliadora en un contexto de incumplimiento?
–Es momento de balances y es evidente que este incumplimiento genera una nueva situación política, diferente a la que se despertó con la firma de los acuerdos de paz. Hasta ahora, el proceso de implementación no se ha cumplido por parte del Gobierno. Su pregunta podría convocar a un "bueno, si no cumplen, pues nosotros tampoco cumplamos"… Pero ya estamos en un terreno de la acción política, no es posible volver atrás, ahora hay que ver cómo trasformamos esos incumplimientos en las bases de nuevas rebeldías. La del Gobierno es una actitud tramposa. Hay que transformar la indignación en banderas movilizadoras de millones de colombianos....


(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada... ¿Por qué publicamos apenas un fragmento de cada artículo? Porque la subsistencia de Sudestada depende en un 100 por ciento de la venta y de la confianza con sus lectores, no recibimos subsidios ni pauta alguna, de modo que la venta directa garantiza que nuestra publicación siga en las calles. Gracias por comprender)

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Autor

Pablo Leonardo Uncos