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Musiqueras

Silvia Pérez Cruz: "Le canto a la emoción colectiva"

En abril volverá al país la cantante y compositora catalana Silvia Pérez Cruz, una de las voces más conmovedoras de los últimos tiempos, con vibración entre el jazz y la música tradicional catalana, el fado, el flamenco, el bolero y hasta el folklore latinoamericano. En una fugaz visita a Buenos Aires, se sentó con Sudestada para hablar de todos los temas.

¿Qué escucha, abriendo los labios apenas, Silvia Pérez Cruz? En leve sombra, algo descifra la catalana de 33 años bajo el calor húmedo de la tarde en Buenos Aires, en el magnetismo de sus ojos marrones y a los lados el cabello castaño en ondas que cae más allá de sus hombros. Lleva una blusa esmeralda abierta al cuello y una corta pollera de jean, y en este patio arbolado, justo debajo de tres mega-edificios en Puerto Madero, oye las chicharras y sonríe mirando el cielo. Su sombra delgada se estira unos segundos hasta que se mueve la luz. Y su voz en cadencia catalana se proyecta en busca de otras voces: otras tierras para su canto, de ancestros y, a la vez, esencial de este nuevo siglo.

"Tengo los pies sobre la tierra", concede Silvia Pérez Cruz, y de un frasco alza con suavidad el tercer saco de té del día. "Esto es una manera de vivir. No es una carrera, es mi vida. Es la Silvia más Silvia de todas. Así me juego mi felicidad, ¿sabes? No perder el norte es lo que hace que pueda expresar lo que siento, con libertad", dice ella, que cumplió 33 años el 15 de febrero y los festejó con su hija de ocho y varios amigos en Barcelona, allá en la montaña donde se mudó no hace mucho. Respira esas alturas a campo traviesa, Silvia Pérez Cruz.

¿A dónde se ve la cantante y compositora nacida en Palafrugell, Gerona (Cataluña)? ¿Se divisa otra vez de niña, oyendo las primeras melodías en el Ampurdán, esa pequeña comarca entre el campo y el mar? ¿Volverá a esas tabernas que maceraron su voz? Hace años que su timbre inabarcable no requiere exageraciones. Su historia personal –y colectiva– puebla sus imágenes en múltiples idiomas y lenguajes: folklore catalán, flamenco, fado, habaneras, boleros. Portugués, español, catalán, francés, etc. En todos vibra su voz. Y los demás con ella, en conmoción.

El mes pasado, dos días apenas, estuvo en Buenos Aires para promocionar sobre todo su carta de presentación: el celebrado 11 de Novembre, su primer disco solista de 2012 –tras una larga producción compartida–. En él plasmó temas en catalán, castellano, portugués y gallego, y así atravesó la escena del jazz y las músicas tradicionales de Cataluña para expandirse a toda Europa. Ofreció a cientos de miles su versión sin adjetivos de "Alfonsina y el mar", que oyó de niña en la voz de Mercedes Sosa y cobijó para siempre. Las canciones latinoamericanas: una de las vetas, apenas, de una artista que escapa a definiciones, adjetivos y fronteras. "Contagiada por el flamenco a través de una conexión que parece sobrenatural, canta de una forma que sólo es suya y hace estremecer", se dijo de ella.

Lo sabrán quienes la vean el 23 de abril en el ND/Teatro de Buenos Aires, con su grupo e invitados sorpresa, y el 27 en Mendoza. No va a presentar sólo 11 de Novembre sino su flamante Domus, el disco con las canciones que compuso para la película Cerca de tu casa, de Eduard Cortés, y que también protagoniza ella, acerca de los desahucios (desalojos) a miles de ciudadanos españoles por no poder pagar sus hipotecas y alquileres. El fraude del sistema, en crisis desde 2008, tras diez años de burbuja inmobiliaria. "La película es muy comprometida, y me apasionó poder explicar una historia con lenguajes artísticos diferentes", dice Silvia Pérez Cruz, que hace años vino a la Argentina por primera vez, e incluso cantó en el Margarita Xirgu para un proyecto que hablaba del exilio. "A Buenos Aires la conocí con 20, 21 años. Siento que las primeras ciudades que conoces son referenciales para hablar de las siguientes".

Y por coordenadas diversas conectó con Aca Seca Trío –el grupo de Juan Quintero– y otros artistas de la vertiente folklórica de vanguardia, como el guitarrista Ernesto Snajer, con el que participó en el disco Inmigrasons (2006). Y entre tantos cruces llegó a una noche secreta: el 8 de febrero último fue a ver a Juan Falú y a Marcelo Moguilevsky al porteño Café Vinilo; al final, él, ella y Juan Quintero, guitarrearon ante pocos testigos. "Con Juan Falú fue un feeling total y nos entendimos muy bien. Fue algo familiar y me emociona regresar en abril. Mi manera de cantar también es muy afín a este país".


Liviana


Dice el poeta Josep Plá: "Si de algún sitio soy es del Ampurdán". "Y yo digo que me siento de un paisaje por donde he paseado", evoca Pérez Cruz. "Forma parte de mi manera de andar, mirar, pensar y cantar. También Josep Plá decía algo del aroma del corcho en invierno. Cuando llego en invierno, hay un olor en la calle de esos que te emocionan y te transportan a tu infancia. El Ampurdán es un pequeño mundo: es súper chiquitito y tienes mar, bosques, campos, algunas montañas. Los olores que conozco más son el del mar y el del invierno, que ahora no sé qué es porque ya no huele a corcho. Es el olor del frío de mi pueblo, un territorio pequeño pero precioso".

–Una vez dijiste que el mar te remitía a tu padre y el bosque a tu madre.


–Mi padre me remite, en concreto, a una playa que es Calella de Palafrugell. Allá están las dos tabernas donde yo canté las primeras veces. Esa playa era él, era su mundo y su pasión. Su pequeño paraíso. Y mi madre era más los campos, los bosques. Hubo muchos paseos con ella. También hay mar porque estamos hablando de tres kilómetros. Hay rincones que me hacen pensar en ellos: uno el mar y la otra el bosque. Fue el 11 de noviembre de 1955 cuando nació Càstor Pérez Diz, músico de noches e investigador de habaneras, y quien formó un dúo con Glòria Cruz, historiadora del arte. Luego del amor llegaría a acompañar a su hija en su desvelo precoz de canciones y bohemia, allá por la taberna la "La Bella Lola" de Calella. De su esencia proviene Silvia Pérez Cruz, que tocando el saxo se embebió de otras cadencias (funk, bossa nova) y a los 18 se fue a Barcelona, donde se licenció en canto-jazz en la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC). Y sus conciertos fueron imparables. Así lo narra en catalán su Web: "Entre el 2001 i el 2011 canta en més de deu grups de diferents estils: flamenc, jazz, pop, música tradicional catalana, folklore ibèric i folklore sudamericà"...


(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada)

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Autor

Patricio Féminis