Dossier

Venezuela. Un año sin Chávez

Sin el liderazgo de Chávez, la crisis de transición que hoy atraviesa Venezuela emerge como la consecuencia previsible de un proceso en permanente transformación. Problemas económicos, cultura rentística y una oposición que apuesta al golpismo, manipulada desde Estados Unidos. Un gobierno que transita los contornos de un debate aún no saldado entre defender las conquistas y profundizar los ejes planteados por el líder ausente. El chavismo y el desafío inédito: radicalizar o pactar. Un reto, además, que se presenta en mitad de la ofensiva más violenta de la derecha local y sus cómplices internacionales.

Edición N° 127

Abril 2014

Revista bimensual

Comprar edición impresa

Sumario

Compartir Articulo

"A un año del fallecimiento de nuestro líder, la revolución bolivariana está de pie". Esa frase, pronunciada por Nicolás Maduro ante el desfile del pasado 5 de marzo, trajo consigo una verdad puesta en duda por muchos: el proceso de transición al socialismo en Venezuela continuó su avance a pesar de la ausencia física de Hugo Chávez.

No solamente la derecha venezolana y el imperialismo norteamericano creyeron que había llegado la hora del fin, sino también numerosos chavistas que, resignándose, optaron por -parafraseando a José Martí- "poetizar la caída". Sin comandante, el principal estratega, la posibilidad de continuar con la revolución bolivariana pareció ser una tarea casi perdida.

Pero el camino no se detuvo. A su cabeza se pusieron el nuevo presidente, ministros, gobernadores, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb), y las herramientas políticas construidas en los últimos años -principalmente el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y el Gran Polo Patriótico, con permanentes tropiezos y vueltas a empezar-. Y el pueblo chavista, claro; tal vez el principal legado del comandante Chávez.
Con un mandato claro, la nueva dirección buscó continuar con el proyecto ideado por el comandante -que puede encontrarse a partir del Libro azul, una de las bases ideológicas de la rebelión militar de 1992-, quien no solamente dejó una huella de consciencia y dignificación arraigada en millones, sino también un programa estratégico.

En sus últimos textos y discursos, Hugo Chávez profundizó acerca de las líneas políticas, sociales y económicas necesarias para avanzar en la consolidación del proyecto bolivariano y hacerlo irreversible. Dos de sus principales y últimos aportes fueron el "Plan de la Patria" (el plan de gobierno para el período 2013-2019, "un programa de transición al socialismo y de radicalización de la democracia participativa y protagónica"), y el discurso del "Golpe de timón" (que diera el 20 de octubre del 2012)...

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada)