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Entrevista con Mauro Federico, autor de País Narco

"La policía regula el delito organizado, no lo combate"

Desde hace años un fantasma recorre el país. Su ejército cada vez más nutrido y violento irrumpe en la tapa de los diarios a menudo y prolonga su influencia en los lugares más insospechados. El narcotráfico está instalado en la Argentina: es uno de los principales puntos de elaboración del continente ante un Estado que no logra (o no quiere) combatirlo seriamente. En País Narco, el periodista Mauro Federico describe cómo fue este proceso de pasar de ser un lugar de tránsito a la producción propia.

Unos pocos años atrás, Mauro Federico se repartía la vida entre la militancia y el periodismo, entre el programa de radio Reincidentes en las medianoches de Radio Cooperativa y su trabajo en una revista del gremio de los médicos. Luego ingresó al mundo de la televisión y su laburo lo metió de lleno en los problemas marginales de la calle. En esos informes buscaba encontrar una crónica televisiva que intentara evitar los clichés de los actuales cronistas que tienen como modelo a Gastón Pauls o a Facundo Pastor, pero que nunca vieron los programas de Fabián Polosecki. En aquellos años también alternaba la tele con su trabajo en el diario Crítica de la Argentina. Fue allí donde se metió de lleno en el mundo narco e investigó varios casos relacionados con el mundo de las drogas, la violencia y la política. En 2011 editó por Sudamericana País Narco, un relato que se ajusta a la información oral y escrita recopilada en distintos informes, en su mayoría de producción propia, pero que además logra mantener una tensión cinematográfica en toda la obra a partir de la recreación de sorprendentes historias latinoamericanas sobre la conformación de las bandas narco más importantes.
En el libro se desarrollan los entretelones del poder que crearon personajes reconocidos como Pablo Escobar, y también da cuenta de cómo operan bandas como Los Zetas, en México o Los Gardelitos en el conurbano bonaerense.
Hay lugar también para relatar los negociados políticos vinculados con las inversiones dudosas en emprendimientos inmobiliarios y los aportes millonarios a las campañas electorales sin ningún control. También se recrea el cruce que existió en Tribunales entre Elisa Carrió y el ex presidente Eduardo Duhalde en una causa por injurias y vinculaciones con las drogas que la ex senadora sostuvo sobre el político más sospechado en la sociedad de tener vínculos con el mundo narco. País Narco apunta principalmente a evidenciar las distintas rutas que permiten que nuestro país sea todavía uno de los principales productores de drogas sintéticas que tienen destino propio e internacional con bases operativas tan visibles como difíciles de desmontar por quienes tienen el poder y sus fuerzas ejecutoras. La entrevista es el puntapié inicial para comprender que la trilogía drogas, política y negocios siempre va de la mano.

-¿Cuál fue la primera aproximación al tema, que derivó en la investigación sobre el mundo narco?

-Desde el punto de vista periodístico, durante 2008 me tocó investigar junto con Cristian Alarcón y María Helena Ripetta el triple crimen de General Rodríguez para el desaparecido diario Crítica. Aquel caso -cuyo proceso judicial se está llevando adelante en los tribunales de Mercedes- fue como una patada al hormiguero de una actividad que, hasta ese entonces, era bastante desconocida para el conjunto de la sociedad: el tráfico ilegal de precursores químicos para la producción de drogas sintéticas en nuestro país.

-¿Cómo fue el acceso a las fuentes? ¿Quiénes te dieron los datos más reveladores en la investigación?

-Concretamente no hubo ni una, ni dos fuentes, fueron centenares, entre las cuales se encuentran miembros de las fuerzas de seguridad, ex funcionarios, especialistas, legisladores y mucha gente que se dedicó o se dedica al negocio de los estupefacientes. No podría señalar cuál fue la más importante porque todas cumplieron un rol dentro del esquema de búsqueda informativa. Pero creo que hubo dos que aportaron mucho color además de información. Uno fue el doble agente que me relató cómo se organizaron varios operativos que culminaron con el decomiso de toneladas de cocaína. Y el otro es el ex responsable argentino de la logística de uno de los carteles colombianos con mayor actividad en nuestro territorio. Uno de ellos fue clave para reconstruir lo ocurrido con el triple homicidio de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina. Mientras que el otro me ayudó a comprender cómo funciona la dinámica de los traficantes que ingresan la droga a la Argentina para camuflarla y mandarla a Europa o distribuirla en territorio argentino.

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 114 - noviembre 2012)

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Autor

Ignacio Portela