A los 27 años, el pianista, compositor y arreglador Agustín Guerrero sigue proponiendo creaciones para el tango del siglo XXI. A los 16 ya comandaba la Orquesta Típica Cerda Negra, y sin quedarse quieto, cruzando el tango y las vanguardias, armó la Orquesta Típica Agustín Guerrero. Pero no para, Frenó por un tiempo a su orquesta y en agosto estrena el Agustín Guerrero Quinteto, una obra tanguera sobre la estupidez humana, cruzando el rock de Zappa, el jazz y la música contemporánea. El tango resurge y genera identidad contracultural frente al nuevo proceso neoliberal en la Argentina.
Agustín Guerrero trae la llave de Vinilo. Con 27 años, camina con plácida cadencia y sin arriesgar pasos de más. Pero al hablar, Guerrero es una máquina: el pianista, compositor, arreglador y director que hace diez años –a sus 17– comandaba con sus teclas y partituras la Orquesta Típica Cerda Negra. No para recrear gentiles homenajes a sus maestros: fueron un potente furor, con todos pibes de su edad, en medio de otros grupos que, sin buscar lo fácil, estaban dando un nuevo puntapié generacional al tango. Y plasmaron su exploración –para despedirse– con el disco Quiebre. Esa llama derivó en otras a las que sigue poniéndoles el cuerpo Agustín Guerrero: traspone la puerta de Café Vinilo, del barrio porteño de Palermo. Es viernes, 16 horas, y en la sala sin público ensaya parte de la Orquesta El Arranque, del contrabajista Ignacio Varchauvsky, otro grupo de vanguardia afín, y Guerrero mira el gran piano Yamaha con avidez. No lo dirá él pero sí sus ojos: "A ese piano lo voy a volver a tocar. El tango del siglo xxi no puede esperar".
Entonces libera su voz, levemente áspera: "Si existe una línea de separación entre la música popular y la música culta, yo me encuentro haciendo equilibrio sobre ella", escribió Agustín Guerrero en su web Aguerrear. Y lo repite sin regodeos junto a Sudestada en una mesa de Café Vinilo; deja la llave y recobra sus pulsos para la acción personal y colectiva, este morocho de pelo revuelto y barba crecida, con ojos de pícaro, a la vez precoz y con mucho caminado. Con sus dedos largos, agarra el disco negro con la foto de perfil de un gato plateado, las orejas a la izquierda. Arriba se lee, en espejo, Orquesta Típica Agustín Guerrero (OTAG) y xxi, el nombre del disco que editaron en mayo de 2015. El primero había sido Resurgimiento, en 2011. Pero tras mucho andar, la OTAG no seguirá tocando por ahora. Su flamante motor es el Agustín Guerrero Quinteto, que tendrá su concierto-debut el 13 de agosto en Banfield. Tan cerca de su casa en Burzaco, donde vive junto a su esposa Eliana Vázquez. Y cerca, también, de donde se crió en familia oyendo discos incontables (folklore, tango, Zitarrosa, Yupanqui, Troilo, Gardel). Para largarse al piano y demostrar su fuego con varios maestros hasta ser otro.
¿Por dónde trazar los senderos de Agustín Guerrero, también docente, conferencista sobre Ástor Piazzolla, militante social y estratégico agitador cultural? El tipo que compuso a los 11 años su primer tango, "El flaco". Y que al mirarse los dedos roza la inspiración: hojea el especial de Sudestada sobre la artista mexicana Frida Kahlo y sus múltiples pasiones en su cuerpo doliente: la revolución, la creación artística irrefrenable y los misterios de los amores. Así Guerrero reconecta con su propio viaje a México con la OTAG en 2013. "Estuvimos tocando en Guanajuato: en el histórico edificio Alhóndiga de Granaditas, para el Festival Internacional Cervantino. Dimos un concierto para dos mil personas, ¡un lugar enorme! Y con el apoyo de Cancillería viajamos a Chilpancingo, capital del estado de Guerrero –justo el nombre mío–, justo al lado de Acapulco. Hubiera estado bueno llegar a la playa", percibe.
Igual respiraron buenos aires para mostrar sus visiones del tango que rebrota sin melancolía. "Después del concierto en Chilpancingo, la OTAG quedó nominada a los Premios Lunas del Auditorio, que se dan todos los años a las principales actuaciones en vivo en México. Quedamos nominados en el rubro 'música tradicional'. Lo nuestro muy tradicional no era, pero entró ahí. No ganamos, pero pude explicarles a todos cómo es el tango del siglo xxi. Hablé de la influencia de la música contemporánea y del tango como música instrumental, ya bajada por Piazzolla y por varios. Conté que él ya forma parte de la tradición: que esto otro es lo nuevo que se hace en Argentina". Y a los mexicanos les encantó. "Porque casi siempre de Argentina van propuestas tangueras que remiten a algo anterior", aclara Guerrero. "El que nos llevó tenía miedo de que no hiciéramos ningún tango conocido. Yo le dije: 'No hace falta, esto es lo nuevo'. Ir a medias tintas no me gusta. Si me prendo fuego, que sea con eso. No voy a alivianar el mensaje. ¿Para qué? ¿Para cuidarme de que me digan 'eso no es tango'? No me voy a apichonar. Prefiero ir al frente. Por eso el único tango que mostramos como tradicional fue 'Whisky', de la Suite Troileana de Piazzolla"....
(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada)
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