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Entrevista con Tabita Peralta Lugones

Los Lugones: cumbres borrascosas

Los Lugones ocupan un espacio particular en la bibliografía literaria e histórica argentina. La historia de una familia plena de contrastes parece sintetizar el devenir de un país. Ahora Tabita Peralta Lugones, hija de Pirí, retoma la memoria familiar en su novela Cuervos de la memoria, y propone dar luz a escenas desconocidas de la intimidad.

La novela de Tabita Peralta Lugones, Cuervos de la memoria, se desdobla en un subtítulo –Los Lugones, luz y tinieblas– que si por un lado cumple el cometido de narrar un tránsito de vida entre el apogeo y el descenso trágico de sus personajes, lo hace desde una voz-testigo que vibra al interior de la saga familiar.

Tabita es hija de Susana Pirí Lugones –escritora, traductora y militante política que integra desde 1977 la lista de desaparecidos por la dictadura militar– y nieta del gran poeta Leopoldo Lugones, cuya vida transcurrió tensada entre extremos ideológicos opuestos, y que se suicidó en 1938 inmerso en la zozobra de un amor imposible.

Tanto el amor oculto del poeta como la clandestinidad de la militante de los setenta parecen enmarcar una trama familiar signada por las puertas selladas del sigilo. La reserva y su contracara (el ojo espía) cubren los pasos de personajes truculentos como el hijo del poeta (Polo Lugones, comisario torturador) y de la nueva pareja de Carmela, su abuela materna, ese Marcos Victoria que viola a una Pirí de sólo doce años.

La niña, que ya había empezado a interrogarse sobre esa palabra –"sádico"– que los diarios dedican a su padre Leopoldo Polo Lugones, "ha entrado de lleno –escribe Tabita– en la trampa. La ocultación, el secreto, las mentiras. Pirí se verá envuelta a lo largo de toda su vida en una tela de araña terrible y dolorosa". ¿Es la sombra de esa telaraña la que se sacude Tabita viajando a Europa? Escribe: "Tabita comprenderá que no se exilió de un país, ni la historia de un país: ella fue una exiliada de la familia". Aunque más adelante se referirá también a una violencia que lo abarcaba todo y recordaba una carta de Pirí antes de su secuestro, que con tono resignado decía: "Nos van a matar a todos".

En Cuervos de la memoria –editada por De la Flor– Tabita Peralta logra conmover al lector, más que por el dato testimonial crudo, por el modo en que articula un hablante sumergido en la profundidad de una historia, que a ratos debe sacar la cabeza para tomar aire y narrar cuidando no ceder ante el inmovilismo de los arquetipos: "Nadie puede imaginar la soledad de cada destino hasta que no vive en medio de ese mismo destino".

En el siguiente diálogo, Tabita Peralta, nacida en Buenos Aires en 1949 y residente en Europa desde 1970, cuenta qué la impulsó a escribir su novela, habla del lugar primordial que ocupa su madre Pirí en su vida, rescata la figura de su padre, el periodista Carlos Peralta, siempre a la sombra en las muchas narraciones de "los Lugones" y, entre otros tópicos, la forma que toma su ida de la Argentina en 1970.

–¿El título reenvía a una memoria espectral y trágica, o a aquellos que escribieron sobre la saga Lugones? ¿Quiénes son esos cuervos "picoteando en el recuerdo"?

–Escribí Retrato de familia, porque era la novela que quería escribir desde hace ya varios años. Lo que sucede es que de pronto empezaron a aparecer muchos libros sobre la historia de mi familia, siempre había algún error fundamental en cada uno. Al mismo tiempo, en 2008 cuando viajé a la Argentina, me di cuenta de que los sobrevivientes de la generación de Pirí, de mis padres, contaban la historia como les convenía. Es cierto que como muchos murieron, queda la versión de los que viven aún, de los que vivían entonces. La historia la escriben los sobrevivientes. En Cuervos de la memoria decidí contar mi versión y mis recuerdos. Los cuervos serían entonces los que picotean la historia, los que quieren que sea de una sola manera, con una sola visión de la época, de la política, de la vida.

–¿A qué distancia se coloca un narrador-testigo? ¿Cuesta escribir una historia siendo uno de los protagonistas?

–No. No me costó porque yo creé unos personajes, y la novela originalmente estaba escrita en tercera persona y con nombres ficticios. Cuando ediciones De la Flor decidió publicarla me pidieron que los nombres fueran los reales. Los cambié y te cuento que cuando me llegó el primer ejemplar publicado me sorprendió mucho que una de las protagonistas se llamara Tabita. De todas maneras, la de mi familia es una historia que no me hace sufrir. Casi diría que todo lo contrario: soy muy feliz por formar parte de esa historia...


(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada)

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Autor

Jorge Boccanera