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La respuesta de Andrés Rivera (4º parte)

Patético y desmemoriado, Norberto Galasso, en "marxista" nacional

Respondo, y por última vez, a la nota que firma Norberto Galasso y que Sudestada publicó en su número de marzo 2005. 1) Afirmé que el peronismo (el "histórico", en palabras de Norberto Galasso, y el actual) fue y es incapaz de dar un escritor de ficción, cuya obra se distinga por la calidad y la perdurabilidad de su escritura

A los redactores de Sudestada y a quienes leen la revista:

Respondo, y por última vez, a la nota que firma Norberto Galasso y que Sudestada publicó en su número de marzo 2005.

1) Afirmé que el peronismo (el "histórico", en palabras de Norberto Galasso, y el actual) fue y es incapaz de dar un escritor de ficción, cuya obra se distinga por la calidad y la perdurabilidad de su escritura, y de la historia o de las historias que pone, en el papel, esa escritura. Norberto Galasso se abstiene, premeditadamente, de contradecir una verdad indesmentible como la que cito al iniciar 1). Porque, Norberto Galasso, usted, que escribió "50 libros en los últimos 30 años", no lo va a encontrar ni con la lupa de Sherlock Holmes.

2) Considero necesario señalar que Arturo Cancela, Leopoldo Marechal, Paco Urondo, Rega Molina, César Tiempo (seudónimo de un escritor de origen judío), Nicolás Olivari, Pedro Orgambide, Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, Hernández Arregui, "y tantos otros", entre los que, usted, llamativamente, no incluye a Jorge Abelardo Ramos, pergeñador de buenas prosas en el diario peronista "Democracia", y, luego, embajador de algún gobierno peronista en México, con un sueldo mensual de fábula criolla y, aun, latinoamericana, no los creó el peronismo. Y, salvo Orgambide, no fueron escritores de ficción. Quizá, sí, Cancela. Y no voy a incurrir en la atávica costumbre argentina de dar cuenta de un rumor que reaparece, con intermitencias, en la fila de los intelectuales de este país, acerca de la conversión de Marechal al peronismo. En cuanto a Francisco Urondo (buen poeta él, antes de su acercamiento al "peronismo histórico", y también después, supongo, si es que le quedó tiempo para entregarse a los desvelos y los placeres de la escritura rimada o no), supo, Francisco Urondo supo -y hay testigos de ello- que iba al muere, enviado a Mendoza por la dirección de Montoneros, partidaria de la implantación del socialismo nacional en la Argentina. Dirección ésa que fue alentada por J.D. Perón, desde la España de la Inquisición, del fusilamiento de 200 mil republicanos por orden del generalísimo Francisco Franco.

3) 18 años estuvo cómodamente exiliado el adalid del "peronismo histórico" en la España de Miguel de Cervantes, Federico García Lorca y Antonio Machado, que Franco conquistó y arrasó con el apoyo del nazismo "máxima expresión del capitalismo desarrollado sin colonias (pues el capitalismo que saquea colonias se da el lujo de ser democrático) y por lo tanto, expansionista, belicista y racista..." (La frase entrecomillada pertenece a la erudición marxista de N.G.)

4) Norberto Galasso nos recuerda "los 380 muertos del 16 de junio de 1955" y "los 27 fusilados en junio del 56", y "la Argentina anterior al 45" que "era una semicolonia del imperialismo británico". Se le agradece, Norberto Galasso, el considerable esfuerzo rememorativo.

Permítame, entonces, algunas preguntas:

¿J.D. Perón era capitán del Ejército de Salvación o del ejército que derribó a Hipólito Yrigoyen, que mantuvo la neutralidad argentina en la guerra 1914-1918, y que, por lo tanto, no se plegó al bando de las democracias burguesas y coloniales, en ese conflicto interimperialista? ¿Qué grado tenía J.D. Perón en el ejército que masacró a los peones, en la Patagonia, para defender los intereses el lucro de los Menéndez-Behety? ¿No aceptó J.D. Perón el grado de teniente general en el ejército que tuvo en sus filas a Pedro Eugenio Aramburu, ambos con los mismo oros en las gorras, hombreras y uniformes? ¿No le rindieron los máximo honores, al J.D. Perón yacente en su ataúd, oficiales como J.R. Videla, A. Bussi, Ibérico Saint-Jean? ¿Y no fue María Estela Martínez de Perón, continuadora directa del fundador del "peronismo histórico", quien designó a Videla comandante en jefe del ejército destinado a salvar la patria de Juan Manuel de Rosas, La Mazorca, de José Evaristo Uriburu -jefe de la chirinada del 6 de septiembre de 1930, de los Alemann, Martínez de Hoz, Blaquier, y de otros, muchos, apellidos emblemáticos, la patria de los torturadores de la Sección Especial (que J.D. Perón conservó y alentó) de "la subversión bolchevique y apartida".

5) De manera, Galasso, que ni ser alojado en uno de los calabozos de la Sección Especial, y ser golpeado por sus patoteros a sueldo del gobierno de J.D. Perón, cuyo olímpico retrato brillaba, espejeante, en una de las paredes de la oficina del jefe de esa banda de criminales, me provocó insomnio.

Usted, Galasso, intenta eludir, o hacerse cargo, de las responsabilidades del peronismo, "histórico" o no, de los destinos del país a lo largo de 60 años, desde, digo, el 17 de octubre de 1945. Y, entonces, me tira en un papel -ése que publicó Sudestada el mes pasado- "los 380 muertos del 16 de junio de 1955". Para esa ominosa fecha, yo era secretario de la comisión interna de una fábrica textil. Me habían elegido 100 obreros y obreras de ese establecimiento, situado en Villa Lynch, partido bonaerense de San Martín. Y esa elección se realizó a despecho de las denominaciones policíacas -"rojo", "zurdo"- de los ofuscados capos peronistas de la Asociación Obrera Textil (AOT), y de sus amenazas gangsteriles.

La mayoría de esos 100 obreros y obreras adherían al gobierno de J.D. Perón. Y bien: el 16 de junio de 1955, en horas de la mañana, nos llega la noticia del bombardeo de los aviones de la Marina a Plaza de Mayo. La comisión interna decide que la fábrica para. Convoco al personal a dirigirnos, en busca de las armas, que los capitos de la AOT habían prometido entregarnos para defender a El General. Dos, solos con nuestras almas, llegamos al sindicato. Sus puertas estaban cerradas. Imagínese, Galasso, a qué olían los pantalones de los capitos peronistas de la AOT de Villa Lynch. Este episodio se repitió, el 16 de junio de 1955, a lo largo y ancho de la Argentina.

¿Dónde estaba J.D. Perón, ese día? ¿Qué hizo J.D. Perón hasta el 16 de septiembre de 1955? ¿"Cinco por uno" o "general herbívoro"? Salvador Allende murió con un fusil en la mano. J.D. Perón no fue Fidel Castro ni Ernesto Guevara ni, mucho menos, Lenin. Y, usted, Galasso, debería saber, que la cosa no pasaba por la valentía, el coraje, los cojones de J.D. Perón.

6) Usted escribe que la Argentina "posterior al 45 es un país en proceso de liberación nacional", y exalta la "nacionalización de comunicaciones y servicios". El gobierno de J.D. Perón paga por los ferrocarriles -vías, trenes, estaciones gastadas por el uso, a lo largo de más de cuatro décadas- un precio que satisfizo largamente a los accionistas ingleses. ¿Imagina, Galasso, la sonrisa muy british de esos caballeros y sus familias?

Usted escribe, Galasso, "deuda externa cero, no ingreso al FMI, notable avance de los trabajadores en la participación en el ingreso...". De 1939 hasta el 4 de junio de 1943, el gobierno del conservador Ramón S. Castillo mantuvo la neutralidad argentina en la segunda guerra mundial, con el beneplácito de Gran Bretaña, y la desganada contrariedad de USA. Los príncipes de la burguesía agropecuaria vendieron, como nunca antes en la historia, trigo y carne a los aliados (Gran Bretaña y USA). Se sustituyeron importaciones elementales, y la pequeña y mediana burguesía (¿escuchó hablar, Galasso, del apellido Di Tella?) se obligó a elaborarlas en Buenos Aires y sus adyacencias. Necesitó, entonces, en esa coyuntura excepcional, mano de obra, y pagar, a esa mano de obra, un "salario mínimo, vital y móvil". Eso tuvo lugar durante el gobierno del fraude, y durante el gobierno militar, que integró J.D. Perón en su carácter de vicepresidente, ministro de Guerra, y secretario de Trabajo y Previsión. Y es ese gobierno militar el que declara la guerra a la Alemania nazi y a la Italia fascista, pocos meses antes de que el Ejército Rojo conquistara Berlín, y Mussolini -de quien J.D. Perón fue admirador confeso, y de quien copió su histrionismo gobernante- terminara su carrera de favorecedor de la Fiat y de los requerimientos económicos, políticos, ideológicos del Vaticano, colgado de los pies en una plaza de Milán.

7) Entonces, ¿para qué ingresar, en los años de la posguerra a los organismos de crédito controlados por hombres de confianza del imperio norteamericano? Galasso, cuéntenos por qué J.D. Perón exhibe a Milton Eisenhower, hermano del presidente Eisenhower, de USA, en el balcón de la Plaza de Mayo. ¿Para que tome aire, para que se refresque con las brisas del Río de la Plata?

8) No, Galasso, usted es incapaz de polemizar con nadie. Ni, siquiera, "con alguien progresista". (Detesto la palabra "progre" con la que se cubren, entre otros perpetuos impotentes, historiadores resabiados). Usted, Galasso, no polemiza con Alvaro Alzogaray ni con su hija, María Julia, ambos funcionarios de un gobierno del "peronismo histórico". ¿Deslices del "peronismo histórico", Galasso?

Usted, Galasso, que es incapaz de polemizar ideológica y políticamente con nadie, da pena. Sólo eso: pena.

Andrés Rivera

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Andrés Rivera