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Nota de tapa

Un largo camino hacia otra Bolivia

Si de algo se puede calificar al gobierno de Evo Morales es de revolucionario. Los ocho años en el gobierno del primer presidente indígena de Sudamérica han cambiado por completo la economía y la estructura social, cultural y política del país. Después de haber sorteado todo tipo de barreras y conspiraciones, el "proceso de cambio" avanza a toda marcha con amplio apoyo popular, aunque con algunas inquietudes sobre el futuro inmediato del "buen vivir". Desde La Paz, dos cronistas de Sudestada dan cuenta de un proyecto político que ya ha modificado al país desde abajo, pero que se enfrenta ahora a nuevos desafíos y a contradicciones crecientes. Adelanto de un libro sobre el presente de Bolivia, con voces de la calle y la mirada desde adentro de un proyecto que camina y marca una huella.

1. Para quien ingresa después de algunos años a Bolivia, el cambio es evidente. Cierta modernidad latente, cierta comodidad o pacífica prosperidad que no por eso enturbia el particular quehacer de este pueblo con sus manifestaciones, discusiones callejeras y formas de ver la vida. Apenas una leve e imperceptible disminución en los olores, colores, ese caos que para muchos gringos convocaba la desesperación misma a la hora de tomar un colectivo o comprar verduras en un mercado, pero que para muchos otros representó durante años un auténtico estado de desobediencia civil.

En la Plaza San Francisco en medio de turistas gringos ya es difícil encontrar caseritas vendiendo mokochinche o refresquito de linaza, y el mercado Lanza se ha transformado de un bullicioso y sudakamericano festival de olores, colores y personalidades en una aburrida estructura de cemento donde alguna gente se encierra a comer entre sombríos y gélidos pasadizos. Ya no se percibe eso que Rodolfo Kusch llamó "el hedor andino". Otro tipo de orden, otra forma de ver la vida, una esperanza que se erguía ante la evidente caída de nuestro mundo, este sangrante presente globalizado donde la basura de años de desarrollo capitalista empezó de pronto a explotar en nuestras propias narices.

Tras los levantamientos populares que expulsaron a los gobiernos neoliberales en helicóptero hacia Estados Unidos, la llegada de Evo Morales al Palacio del Quemado ha puesto en la misma olla a las "dos bolivias". En el fondo, aquella pequeña elite blanca que por muchos años dominó todas las instituciones del país. Encima, el hervor popular de juntas vecinales, mercados, federaciones, sindicatos y todo tipo de organizaciones políticas, sociales, jurídicas y económicas que durante años, siglos, establecieron un estado paralelo. Estado Plurinacional se llama el fascinante experimento o alquimia que, por supuesto, genera todo tipo de reacciones...


(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 124 - Noviembre 2013)

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Autor

por Tomás Astelarra y Matías Pujol (desde La Paz)