Tango sin calco ni copia

Orquesta Típica Fernández Fierro

No es exagerado decir que estar ante la Fernández Fierro en plena acción es estar en el mismísimo infierno. Un infierno dantesco pleno de sombras y humo, de desgarro de cuerdas y fuelles, de voz rasposa y pintada de noche, de potencia y arreglos bien logrados que calan hasta los huesos. A esa sensación, en estos últimos shows, le agregaron el ojo controlador del panóptico: "Estamos tratando de aplicar muchos más ojos que los dos que tenemos y vamos a ver la orquesta desde un montón de lados", anticiparon. Y el show se pobló de camaritas que mostraban planos, dedos tocando, bandoneones cortorneándose y pies en movimiento. Como para sumarle a este infierno encantador una sensación de ahogo y miradas cercanas tras el humo que lo cubre todo.

Definitivamente, un infierno soñado, en el que desearíamos terminar nuestros días sabiendo que sería una estadía más apetecible que en el cielo redentor.

Un rato antes de empezar el show que cada miércoles siguen llevando adelante a galpón lleno en el Club Atlético Fernández Fierro, Yuri Venturín -contrabajista y director musical- y El Ministro -bandoneonista- nos recibieron en el entrepiso, con la adrenalina de la presentación en el aire y para hablarnos de su nuevo disco, TICS (Tan Idiotas Como Siempre)...

Cuarteto La Púa

La Púa genera sobre el escenario un repentino interés sonoro. Obligan a parar las orejas, se acallan los murmullos de la sala en cuanto suenan los primeros acordes. Esas cuatro guitarras afiladas van contorneando un ambiente tanguero, íntimo. Tangos clásicos recreados surgen sobre sus endemoniadas cuerdas respetando el estilo de aquellos cuartetos originarios de hace décadas, pero agregando nuevos sonidos. Las composiciones propias equilibran la velada, generan un show hecho para no quedarse en el pasado melancólico, sino un sello propio, a la medida del tango actual.

Integrado por Leandro Angeli, Cristian Huillier, Juan Otero, en guitarras y Pablo Sensottera en guitarrón, y con Black Rodríguez Méndez incorporado en voz desde 2010, donde sea que se presenten -en un prolijo local de tango, en un viejo teatro, en un centro cultural o en las milongas-, pelan lo que tienen que pelar, poniendo el cuerpo y la sangre. Sin chamuyo.

En La Púa se tensa la excelencia de sus ejecutantes con la mugre necesaria que deben tener estos repertorios, al cual le agregan milongas, temas folklóricos y hasta se animan a tocar "Pequeña serenata diurna" de Silvio Rodríguez o un bolero clásico. Todo eso puede pasar en sus presentaciones. Mientras tanto, Black se lanza a cantar lo que le tiren desde atrás, y entonces uno se da cuenta de que está ante una banda donde cada uno de sus componentes está afilado...

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 124 - Noviembre 2013)