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Entrevista con José Roberto Duque, escritor venezolano

"Esta es nuestra edad de oro"

En Caracas, en una charla distendida con Sudestada, el autor del libro de relatos Salsa y control da cuenta de la Venezuela revolucionaria, y de la literaria, donde sus propias letras se entrelazan con las de quienes considera los verdaderos escritores de su país: los narradores genuinos del pueblo.

ransgresor, polémico, francotirador, un poco loco, escritor de vanguardia suburbana, chavista radical, crítico o acomodado según las circunstancias, son algunas de las definiciones que se escuchan en Caracas cuando se pregunta por José Roberto Duque.
Nacido en la localidad de Carora en 1965, este venezolano de hablar sencillo es autor de Salsa y control, un libro de cuentos que, con el correr de los años, se convirtió en un objeto de culto del que el propio autor reniega. En un bar céntrico, rodeado por un griterío en el que se entrelazan el calor, las cervezas y las risotadas, y a pocos metros de la Plaza Bolívar de Caracas, Sudestada dialogó con Duque. La actualidad literaria de Venezuela, la necesidad de volver a un periodismo audaz y sin temores, el proceso bolivariano encabezado por Hugo Chávez y un recorrido por sus propias letras y definiciones sobre qué es un escritor en tiempos de revolución, serán los ejes de una charla con varios cafés de por medio.

En el barrio y en las letras
Antes de ser periodista y escritor, Duque fue taxista. Y más atrás en el tiempo simplemente escribía en Carora, cuando con un grupo de amigos confeccionaban un periódico a mano donde, como bien lo dice, volcaban "chismes y "güevonadas que pasaban en el liceo" y se transformó en "el germen de un trabajo periodístico" y en "ejercicios literarios que después me enteré de que eran crónicas".

Para la década del 80, se trasladó a Caracas y se afincó en el emblemático barrio 23 de Enero, en el oeste de la ciudad. De esos días de descubrimientos nacería Salsa y control, libro de cuentos crudos y algo barrocos, como lo definirá el propio autor. Esos relatos "tenían mucho de ficción; me inventaba personajes y algunas situaciones. Incluso ese trabajo, que asumo como de ficción pura, tiene mucho de registro de la realidad", señala. Con el 23 de Enero como escenario, Duque se dedicó a "hacer un registro de las cosas que me iban pasando y que le iba pasando a mi vecindad, pero siempre le ponía el toque de ficción. Lo que quería era novelar aquello que estaba pasando y a eso le di organización cinco años después, luego de pasar por un taller literario, que me dio herramientas ya no para pensar en cuentos caóticos, sino en una estructura de libro".

No es difícil pensar que un escritor que transita sus días en Caracas tenga como uno de los temas principales el barrio, sus costumbres y violencias cotidianas. "Ese fue el impacto más severo en mi juventud, encontrarme con esos barrios violentos de Caracas -rememora-. Yo venía de una ciudad pequeña, donde no pasaban muchas cosas y de pronto me meto en una realidad explosiva como la de los barrios caraqueños. Ese fue el impacto vital y se termina reflejando en la literatura".

Además de aquel primer libro, Duque publicó Del 11 al 13, en el que reúne testimonios de quienes resistieron el golpe de Estado en 2002; Guerra nuestra, crónicas escritas en 2000 desde Colombia, cuando el entonces presidente Andrés Pastrana y las FARC llevaban adelante los diálogos de paz en San Vicente del Caguán; Vivir en frontera, relatos de la vida en esa "línea invisible" que separa a Colombia y Venezuela; y la novela No escuches su canción de trueno, una road movie literaria donde dos hermanos son los protagonistas que muestran al mundo del boxeo venezolano en la década del 80, plagado de éxitos y miserias, drogas y traiciones.

La nota completa en la edición marzo 2013 - Sudestada nº 116

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Autor

Leandro Albani