"Mis libros son como experimentos"

Los libros de Pablo Bernasconi están repletos de personajes insólitos, lugares absurdos, historias incomprobables. Pero detrás de ese delirio aparente hay una profunda conexión con la realidad, y según él mismo explica en el prólogo de su obra más reciente, Bifocal, nada de lo que allí se ve está librado al azar: "No son alegres y espontáneas ideas que brotan en sueños, o mamarrachos que enciende una musa gentil. Lo cierto es que la relación que tengo con las ideas es más calculada que romántica".

En todas sus creaciones, antes de terminar de componer digitalmente las imágenes, trabaja con diversos elementos y técnicas como collages, lápices, acuarelas, y en muchas ocasiones arma esculturas o maquetas con toda clase de objetos (telas, sogas, hilos, cintas de cassettes, verduras) que luego fotografía y edita con la computadora. Infinidad de detalles hacen que sus dibujos sean un descubrimiento cada vez que se los vuelve a mirar, y logran que el lector, niño o adulto, mantenga a flor de piel su capacidad de juego y asombro.

-¿Cómo es trabajar en lugares antagónicos como Clarín y Abuelas de Plaza de Mayo?

-En los dos lugares trabajo desde hace doce años. Ahora es un momento bastante raro, son dos posiciones obviamente enfrentadas, pero lo que hago en Clarín no tiene nada que ver con la política. Mi colaboración con ellos es con la sección de espectáculos: música, todo ese tipo de cosas. En cambio con las Abuelas yo he tomado partido, ahí sí que el tenor no es el mismo. Pero no se me ha pedido que defina una postura en ninguno de los dos lugares.

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 95 - Diciembre 2010)