"Hay que castigar la memoria de los genocidas"

Afirma el historiador Juan Carlos Chiaramonte que "la historia inventa un pasado en función de las necesidades del presente". Hasta hoy la historia, la oficial, la que se aprende en la escuela y se repite como certeza durante toda la vida, se ve a través del prisma de los dos demonios, de la civilización versus la barbarie.

Aunque psicólogo, Marcelo Valko se dedica a la investigación antropológica, a la reconstrucción histórica y a develar aquellos episodios ante los que las falsificaciones se desmoronan como castillos de naipes marcados.

El tema de su primer libro, Los indios invisibles del Malón de la paz (Ediciones Madres de Plaza de Mayo), pasó de ser un suceso ignorado -o, en el mejor de los casos, tergiversado- a una obra con dos ediciones vendidas, un video documental, un programa especial en la televisión pública y, quizá lo más destacado, un proyecto de ley en el Congreso.

"Cuando vi la realidad terrible en la que están los familiares -relata Valko-, cómo se mintió, cómo se adulteró, hasta les terminaron cobrando arriendo por los cementerios donde están enterrados sus abuelos; hay gente tan miserable; y cómo se olvidó, me surgió la necesidad de hacer un proyecto de ley, no sólo un libro, que me complacía a mí, sino algo que ayude concretamente".

El proyecto de ley consta de cuatro puntos. El primero es que el Malón de la paz, aquella gesta en la que los Collas del norte argentino llegaron a Buenos Aires en 1946 a reclamar sus tierras y que fueron devueltos humillados a sus hogares, entre en la currícula escolar. El segundo es que el Estado argentino pida perdón. El tercero es que los maloneros sobrevivientes, en situación de indigencia, reciban un subsidio a modo de pensión. El cuarto, y más complejo, es que se resuelva el reclamo ancestral: las tierras para sus habitantes originarios.

En marzo de 2009, el Congreso homenajeó la acción del Malón y en agosto, el mes de la pachamama, cada sobreviviente comenzó a cobrar un subsidio de $ 596. La ruta de la investigación del Malón y la terquedad de Valko para que atiendan su reclamo vindicador en las oficinas públicas está sembrado de anécdotas. Por ejemplo, como gobernador de Jujuy, Eduardo Fellner no recibió a Valko y, en la antesala del despacho, mientras esperaba a que jamás lo atendieran, escuchó: "ahí está el tipo que jode con los Collas". Ahora que se convirtió en presidente de la cámara de diputados, Fellner firmó la aprobación del subsidio.

"Mientras me hacían esperar afuera de los despachos -comenta Marcelo- yo llevaba mis apuntes y corregía. Ellos creían que me tenían dos horas amansándome, pero eran dos horas muy peligrosas. Como el libro se llama Los indios invisibles de Malón de la paz, junto a Osvaldo Bayer reflexionamos sobre la construcción de la invisibilidad. Y empezamos con este nuevo libro que se llama Pedagogía de la desmemoria. Porque este país hace un culto del olvido, de la amnesia colectiva".

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 91 - Agosto 2010)