La perla negra de Aramis Rigatuso

Cómo ser fuerte ante semejante improperio, cómo ser racional ante el insulto llano, cómo soportar la humillación. Esas preguntas me hago hoy, a sabiendas de contar con un reducido espacio para proferir mi requerida lista de críticas contra el plantel de la presente publicación. Llegó a mis oídos las novedades más vergonzantes, se habla de otra fiesta, de nuevos festejos, de infinitos brindis y uno termina resignado y con la copa en la mano.

Lejos de fin de año y lejos de aplaudir la actitud poco pulenta de los integrantes de esta revista, mi función es despertar a mis queridos oyentes de este letargo peligroso. La amenaza continúa, no hay que dormirse. Si gente como la de Sudestada consigue plantar su semilla, estamos perdidos, lo juro. Dónde quedó aquella juventud prolija, peinada con glostora, con los jean planchados con raya, manducando unas pastillas yapa y haciendo cola para ver a los maestros del yo-yo bronco.

Lejos, muy lejos. Hoy aparecen publicaciones de pésimo nivel, redactores que se reúnen a discutir medidas de Capri en sus oficinas y a vociferar proyectos irracionales. Lamentable, la historia sigue su rumbo.