Veinte corazones en juego

Es el mismo pibe. Acaba de salir del tercer tiempo, luego de que su equipo de rugby ganara el clásico de su ciudad. Es él, el mismo que hizo un try. Ese mismo que ahora agarra su bolsito y se toma el micro rumbo al barrio donde está alfabetizando. Es él, del que nadie sospecharía. Juega al rugby, estudia en la universidad pública, es militante de un partido de izquierda y son los años setenta.

La ciudad de La Plata fue una de las más golpeadas por la dictadura cívico-militar instalada en 1976 en la Argentina. Teniendo en cuenta la población registrada para la década de 1970, la ciudad tuvo una víctima cada 613 habitantes, con un total de 665 personas secuestradas, asesinadas o desaparecidas entre 1974 y 1980. Con los centros clandestinos de detención sucede algo similar: la ciudad aparece en tercer lugar debajo de Capital Federal y Córdoba. Durante 37 años, la asociación Abuelas de Plaza de Mayo tuvo tres presidentas, las tres fueron platenses y las tres vivían en la ciudad cuando sus hijos desaparecieron y sus nietos fueron apropiados.

Sin dudas, La Plata, fue un foco importante para el terrorismo de Estado, pero Claudio Gómez no sabía esto la primera vez que escribió sobre el tema. Era 2006 y en diario Perfil, en la sección de deportes donde trabajaba desde hacía un año, le encargaron una nota sobre los jugadores de rugby desaparecidos. Viajó a la ciudad y entrevistó a ex jugadores del club que más desaparecidos tenía en su lista: La Plata Rugby Club (LPRC). La historia lo conmovió y sintió que el tema abarcaba una dimensión que excedía las dos páginas de un diario. Estas historias merecían estar en un libro.

Así fue que el periodista empezó a viajar a La Plata, a entrevistarse con hijas, hermanos, amigos, compañeros de los deportistas desaparecidos del club. Así fue que los 17 jugadores que LPRC contaba entre las víctimas de la dictadura se convirtieron en parte de su rutina, en nombres cotidianos, en historias que escuchó y volvió a escuchar durante dos años. Así fue, también, que en el recorrido se encontró con tres casos más. Y finalmente surgió Maten al rugbier, la historia detrás de los veinte desaparecidos de La Plata Rugby Club.

El rugby como una excusa

Claudio Gómez consideraba al rugby un deporte elitista y de clase burguesa.Tenía ese prejuicio cuando comenzó a investigar para su libro: "La verdad es que al rugby lo hubiera vinculado más a Puccio que a estos pibes. Lo veía no sólo como un deporte que no estaba comprometido con causas sociales, sino que estaba en la vereda de enfrente". Por eso, se hacía difícil imaginar que de 35 deportistas desaparecidos durante la dictadura, veinte pertenecieran a un mismo club y que éste fuera, precisamente, de rugby.

Pero las historias empezaron a hablarle de otra realidad, de un montón de chicos que militaban en distintas agrupaciones y partidos, en su universidad y fuera de ella, y que peleaban por un mundo diferente. Entonces, el rugby se convirtió en el nexo, lo que importaba era otra cosa: "Yo estoy contando historias de vida de militantes, no de jugadores de rugby. El rugby es un punto en común, es el hilo conductor. Hay veinte pibes que jugaron en un club y que están desaparecidos. El rugby es una excusa"...

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada)