Un recorrido por el legado de los más destacados pensadores ácratas de la historia. Desde Pedro Kropotkin a Emilio López Arango, el autor traza un camino en el que siempre resaltan los principios anarquistas de una sociedad libre y justa para todos.
La emoción no es un valor en sí mismo. La violencia no es un acto que merece ser calificado necesariamente de idealista. Ante ciertos hechos sociales, el ser humano se puede sentir crispado, asustado o conmovido. Una emoción intelectual tampoco es la que nos guía hacia una conducta vital o cierta. Debemos analizar, además, los hechos en cierto contexto histórico -decodificar, o intentar hacerlo- cada trama, cada hilo delgado, cada fervor impermeable.
Es fundamental señalar varias cuestiones. Hay que redefinir qué se entiende por izquierda y qué por anarquismo. Debemos tener en cuenta dos fenómenos trascendentes: la globalización y el paso de una sociedad industrial a una sociedad post-industrial. Si no advertimos que la clase obrera en el mundo es infinitamente menor a la que había a mediados del siglo XX, nos equivocamos en un análisis ideológico, en una visión total. Y, además, la clase obrera no tiene la entidad de clase del siglo pasado. En 1991 se cierra un ciclo histórico. Es claro. Algo más, breve: la mujer, en líneas generales, se emancipó sin una revolución social. Para analizar: debemos ir hacia un nuevo internacionalismo.
Sabemos que no es fácil trazar ciertos rasgos del pensamiento anarquista. Existen grandes variaciones en el que subyace en el ser libertario. Los pensadores anarquistas no condensaron sus ideales en tratados sistemáticos. De hacerlo, no serían socialistas libertarios. Sí hablaron de una ética, de una conducta. Hay una inspiración y guía en su doctrina. Debemos rescatar los principios éticos que hicieron soñar una sociedad libre y justa para todos. El resto discutirlo todo, hacia una nuevo internacionalismo.
El derecho de rebelión
Todos los derechos están garantizados, menos el de vivir.
Ricardo Flores Magón
En agosto de 1927 el periódico anarquista La Protesta cumplía treinta años. Sus editores quisieron celebrarlo con un volumen que contribuyera a la historia del anarquismo argentino y, más allá de él, al latinoamericano y al mundial. Propusieron una serie de temas -el movimiento obrero y el anarquismo, cuestiones de doctrina y de táctica, las dictaduras, cárceles y presos sociales y políticos, las internacionales obreras, el arte y la literatura libertarios- y llamaron a colaborar "a todos los militantes del anarquismo y del movimiento obrero de orientación libertaria". Respondieron el historiador austríaco Max Nettlau (el Heródoto del anarquismo), los italianos Luiggi Fabri y Hugo Trene, el mexicano J. C. Valadés, el militante de la FORA S. Aladino; Diego Abad de Santillán y Emilio López Arango, de la redacción de La Protesta.
Estas fueron las colaboraciones publicadas: Max Nettlau, "Contribución a la bibliografía anarquista de la América Latina hasta 1914"; Diego Abad de Santillán, "La Protesta. Su historia, sus distintas fases y su significación en el movimiento anarquista de la América del Sur"; J. C. Valadés, "Sobre los orígenes del movimiento obrero en México". En el apéndice Documentos para la historia del anarquismo en América escribieron Emilio López Arango, "Doctrina y táctica. El problema de la tierra"; Luiggi Fabbri, "Las dictaduras contra la libertad de los pueblos"; Hugo Trene, "Diez años de reacción en Europa"; J. C. Valadés, "Noticias para la bibliografía anarquista en México" y S. Aladino, "La Asociación de los Trabajadores".
En América latina, donde mayor influencia e irradiación adquirió el anarquismo fue en Argentina. Es aquí donde existió la única organización obrera que se calificó a sí misma de anarquista, la FORA. Editó La Protesta, órgano que además creó una de las mejores bibliotecas de ediciones existentes en el mundo a fines y principios de siglo. Nettlau publicó en ella diferentes obras de historia y allí empezaron a editarse las obras completas de Bakunin en español. También apareció la primera edición española de Ética: origen y evolución de la moral de Pedro Kropotkin.
(La nota completa en la edición Sudestada de colección # 5 Los últimos anarquistas)
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