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En la calle

Formosa: La represión que no cesa

Las muertes de Roberto López y Sixto Gómez y la treintena de heridos que dejó el 23 de noviembre de 2010 la emboscada policial a la Comunidad Qom en el Paraje La Primavera, en Formosa, refuerza penosamente la realidad de que la represión a los pueblos originarios no cesa a orillas del río Bermejo, y de la memoria histórica se eyectan masacres pasadas.

¿Cuánto tiempo pasó de la matanza de Rincón Bomba? Tan sólo 58 años. ¿Qué cambió? Nada. Los que hoy volvieron a cometer crímenes de lesa humanidad no aprendieron nada de lo ocurrido en 1947, cerca de la ciudad de Las Lomitas, donde mataron argentinos de etnia Pilagá. ¿Qué informan al Gobierno Nacional que alza la bandera de no reprimir? ¿Les dirán qué es fácil matar a un aborigen en Formosa? ¿Les dirán que no tiene importancia, que vale la pena adueñarse de las tierras? ¿O demostrarán que mastican las leyes como si fueran gomas de mascar en la Argentina del Bicentenario? ¿Qué sucede en esa franja de vida entre los ríos Bermejo y Pilcomayo?

Según el coordinador del Centro de Estudios Sociales Nelson Mandela, Rolando Núñez, desde el 10 de diciembre de 1983, Formosa está gobernada por tres personas. Floro Bogado (actual vicegobernador y ex gobernador de Formosa), Vicente Puga y el actual gobernador Gildo Insfrán. Entre los tres fueron resolviendo la vida de los formoseños o tomando las grandes decisiones políticas de la provincia, desde los escenarios que le tocaban a cada uno en cada momento. De esa forma, construyeron la estructura política más sólida de la frontera más importante con Paraguay. Construcción que fue compacta hasta que se produjo una fractura tan fuerte como los lazos que los unían antes a Gildo Insfrán y Vicente Puga, y Bogado tomó partido por Insfrán. En ese marco, la concentración de las decisiones evolucionó a tal punto que desde hace bastante tiempo Gildo Insfrán significa la suma del poder público: No existe la división de poderes. El poder judicial es absolutamente adicto y está atado a las decisiones de los intereses políticos del Gobernador. Los cinco miembros del Tribunal Superior de Justicia son dependientes de la Casa de Gobierno; lo mismo ocurre con el Procurador General del STJ. La bancada justicialista del Poder legislativo formoseño es mayoría y funciona como apéndice directo de Insfrán, que logró la posibilidad de ser reelegido indefinidamente. La mayoría de los intendentes formoseños son secuaces del Gobernador. De modo que la construcción del poder es absolutamente hegemónica porque además los dos Jueces Federales que tiene la provincia son hombres directos del régimen del gobernador.

En el otro extremo, el líder del Movimiento de Organizaciones Sociales (MOS), el sacerdote Francisco Nazar Anchorena, parafraseó al escritor uruguayo Eduardo Galeano para definir la situación formoseña: "Vivimos una democradura con un gobernador que mantiene un pensamiento colonialista". Precisamente, la aparición en escena de Nazar como un nuevo referente provocó un sismo social, y se fue perfilando una posible opción de cambio. Años atrás comenzó un camino que podría sintetizarse como la voluntad de sectores sociales y políticos de lograr un cambio en el proceso de democratización. Algo que está aún pendiente en Formosa.

"El incipiente liderazgo de Nazar generó enseguida una reacción en el entorno del Poder que fue materializándose mientras el cura se erigía como la figura que sintetiza la resistencia al régimen de Gildo Insfrán. Ese lugar también se lo adjudicó la opinión pública generalizada; y en ese contexto, varios sectores inorgánicos y organizaciones presionaron para que Nazar se volcase a la política"; señaló Orlando Núñez, el coordinador del Centro de Estudios Sociales Nelson Mandela. Y agregó: "Fue en una reunión multitudinaria que se llevó a cabo en el Obispado formoseño cuando Nazar se comprometió a pensarlo, aunque expresó en ese momento que su tarea sacerdotal era lo más importante. Que no desconocía la realidad y no evadía la responsabilidad que tenía frente a la comunidad formoseña. Con él apareció la sensación de que se podía cambiar la realidad con participación. Aglutinando las voluntades, las energías y los esfuerzos en torno a la figura del cura".

Esa visión tomó fuerza y se expandió desde Las Lomitas, pasando por Potrillo (una de las localidades más pobres, ubicada en el límite con Salta), hasta en Formosa Capital, donde se sabe perfectamente que Francisco Nazar es el peligro más serio que tiene el régimen autoritario, autocrático y antidemocrático de Gildo Insfrán.

Nazar no tiene reparos en decir que no hay democracia en Formosa, y se remite a imágenes del libro Yo, el Supremo, del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, para ilustrar la conducta de Insfrán: "Son gobiernos que tienen una clase de mensaje para congraciarse con el Gobierno Nacional, pero piensan como colonialistas. Son discriminadores, racistas y desprecian a los aborígenes. Siempre están en juego las tierras y los recursos naturales. Por lo tanto, es necesario instalar un proceso de cambio que significa participar en las elecciones".

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº 96 - marzo 2011)

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Autor

Pedro Solans