Siete años no son nada

Siete años estamos cumpliendo con esta edición. Siete años de crecer con lectores que se van sumando en cada versión gráfica y digital, mes a mes, caminando las calles de la Capital, el conurbano y el resto del país. Siete años de salir con la mochila en la espalda, de distribuir de madrugada y de llevar este manojo de páginas a todos lados. Siete años de cruzarnos con lectores en los kioscos, de estrechar manos, de mirarnos a los ojos, de tratar de buscar algo que aún no sabemos si se puede encontrar. Siete años de satisfacciones, de ver diariamente que el esfuerzo vale la pena, que cada página nos excede y pasa a otro destino; el de ustedes, amigos lectores. Siete años con las convicciones intactas, y con las ganas que se renuevan. Siete años de revanchas ganadas. Siete años tratando de aprender, sobre todo; de encontrarnos con laburantes que con la revista en mano en cualquier tren o colectivo, rompen la monotonía de los fríos vagones. Pequeñas alegrías, también, que nos da gusto compartir, encuentros inolvidables que valen más que cualquier subsidio.

A decir verdad, el panorama político y cultural de nuestro país no asoma muy alentador. Siete años atrás, la ausencia de una alternativa de cambio real, revolucionaria, en manos de los trabajadores era una falencia que se fue agravando con el tiempo. De allí la necesidad de recuperar historias pasadas, de buscar personajes que defiendan una mirada crítica ante la realidad, de intentar establecer un vínculo con los del otro lado de estas páginas haciendo buen periodismo, esquivando el panfleto y la bajada de línea de los evangelistas de la verdad revelada. Sin subestimar a aquellos que buscan una salida similar a la imaginada desde esta redacción.

Por ahí andamos y es por eso que decidimos llevar nuestros materiales a Chaco, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Rioja, o a cualquier plaza, con nuestra mesa, nuestra bandera, y sobre todo, con las ganas de seguir buscando, y de encontrarnos, también, y saber que nada ni nadie nos detiene en este viaje, y entendiendo que a nuestro lado nos siguen infinidad de miradas atentas, inquietas, críticas, con ganas de más.

Siete años, amigos, casi nada. Con las mismas convicciones y certezas, con altas y bajas, pero sintiéndonos más acompañados que nunca...