A mediados de la década del ‘80 apareció una revista que rompió con todas las fórmulas del género del periodismo policial. Con tapas sangrientas, títulos extravagantes, casos insólitos e investigaciones meticulosas, la revista ¡Esto! estuvo en boca de gran parte de la opinión pública, dejando un sello inconfundible.
Cuando en los próximos años se haga un repaso por las grandes publicaciones periodísticas policiales que se editaron en este país, de ninguna manera podrá quedar fuera de ese análisis una de las revistas más espectaculares que se hayan editado en los últimos 20 años. La crudeza del material fotográfico, la investigación concienzuda, los titulares extravagantes, la calidad en la información, la narración brillante, las historias de vida y la audacia con la que era editada; son algunas de las características que llevaron a que la mítica revista ¡Esto! fuese una publicación que marcaría un antes y un después en la historia del periodismo policial.
Los antecedentes
En nuestro país, la historia de las revistas de neto corte policial data de principios del siglo pasado. Por aquellos tiempos se editaba la Sherlock Holmes, revista que mezclaba la realidad con ficción. Luego, a mediados de la década del cincuenta, llegarían algunas como Galería del crimen, Biografía de hechos criminales, o la mismísima Crimen Club, algunas de ellas dirigidas hasta por policías, y que seguían los pasos de ser publicaciones que, si bien despertaban el interés de un lector ávido para los enigmas, tenían un formato que no las diferenciaba unas de otras. Varias de estas revistas del género policial tenían la característica de ser un material que contenía la narración de hechos delictivos verdaderos y, a su vez, conjugaba la fantasía de los buenos narradores que seguían la escuela de Gilbert Chesterton. También por esa época aparecía la revista Así, una de las tantas creaciones de Héctor Ricardo García que combinaba hechos policiales, farándula, y demás temas pero con el condimento del sensacionalismo inconfundible que caracterizaba al creador de Crónica.
Los hechos
Corría la década del '80 cuando a García se le ocurrió llamar a un viejo conocido del oficio y ofrecerle el cargo de dirigir una revista policial que se llamaría ¡Esto! y que rompería con todos los moldes; es decir, hacer algo que no se haya hecho nunca.
García sabía lo que hacía y a quién le estaba proponiendo semejante locura. Ese hombre, el elegido, era Francisco "Pancho" Loiácono, una mente brillante que llegaba luego de haber inventado Radiolandia 2000, y tras haber sido parte de revistas que tuvieron gran éxito como Ocurrió, Casos, Antena y El Gráfico, entre otras.
"La revista era un condensado de muchas experiencias previas. Yo venía de Perfil, y cuando García me convocó no lo pensé dos veces. Él tenía unos modelos de revistas del exterior para seguir y le dije que no se preocupara, que yo tenía en mente cómo debía ser. Lo primero que hice fue llamarlo al "turco" Sdrech, pero lamentablemente ya había firmado para Clarín. Entonces convoqué a lo mejor del género, algunos estaban en La Razón, que tenía la mejor página policial de todos los diarios", comienza relatando Loiácono.
La revista, desde el comienzo, centró su objetivo en el principio básico del periodismo, que es buscar la verdad "porque el periodista es un señor que escribe el borrador de la historia. Y en el policial hay que saber muy bien cómo manejar las fuentes y la investigación que tenés que encarar", afirma Pancho...
(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº54-Noviembre 2006)
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