1.- Hablar del papel de la intelectualidad argentina en la actualidad es repetirse en intentar definir los bordes de la nada. Uno no sólo duda del papel de los intelectuales hoy; ahora, en realidad, hay que preguntarse por su propia existencia. Aislados, bien acomodados, indiferentes a una realidad que no conocen, algunos hasta cobrando mensualidades del Estado sin pudores, los "hombres de las ideas" argentinos se abrochan con esfuerzo el saco y protestan porque el aire acondicionado de su realidad les genera molestias. Para ellos, los taxistas son lo más parecido al "pueblo" que escuchan, muy de vez en cuando. Basta detenerse en las declaraciones del ministro de Cultura, José Nun, en una entrevista en Página/12, cuando le preguntaron por las propuestas que se estudian en su cartera. Nada, la ley del libro, ley de mecenazgo, y esas sandeces que se vienen escuchando desde hace décadas en Argentina. "Estamos democratizando la cultura con muchísimo éxito" (¿?), afirma el sobrio señor Ministro, que se ve que anduvo caminando mucho por los barrios en los últimos meses. No los barrios de este país, por cierto. Nada para decir. En contraposición de un ministro imbécil, verborrágico y bien burgués, como Guido Di Tella; colocaron a un "intelectual" fiel representante de un sector que pelea con las palabras hasta encontrar frases que no digan nada. Ellos son los «exitosos» de la democracia. Los que distribuyen cultura a las señoras gordas de San Isidro, aquellos que, en sus peores pesadillas, se imaginan cruzando el Riachuelo, perdidos en las calles de tierra de un país que no es el suyo. El otro país, el que no tiene aire acondicionado.
2.- Uno no puede dejar de sorprenderse ante la salida del nuevo canal de televisión sudamericano: Telesur, emprendimiento conjunto de los gobiernos de Venezuela, Argentina, Cuba y Uruguay. Nada más necesario, en este presente de monopolios financiados por las mentiras del sistema, que una voz independiente a nivel continental. Lo que a uno le preocupa es saber si los representantes de Cuba y Venezuela conocen los antecedentes de los funcionarios argentinos que se pusieron al frente del proyecto, punteros de la peor calaña justicialista, comerciantes y trepadores de esos que siempre caen bien parados. ¿Qué información, qué independencia pueden ofrecer personajes nefastos como los que encabezan la Secretaría de Medios local? ¿Le enseñarán, acaso, a cubanos y venezolanos, los secretos de la transa, del pago de prebendas, de operaciones de prensa, de manejos turbios? ¿Qué futuro puede tener un canal en manos de estos representantes? ¿Qué futuro puede tener un gobierno como el argentino, sostenido por una casta de arribistas enfrentado con otros mafiosos que hasta hace unos meses eran sus compañeros de toda la vida? Ojalá que cubanos y venezolanos, representantes de distintos procesos políticos pero igualados por una innegable confrontación contra los intereses del imperialismo, descubran la trampa a tiempo.
El colectivo de Revista Sudestada esta integrado por Ignacio Portela, Hugo Montero, Walter Marini, Leandro Albani, Martín Latorraca, Pablo Fernández y Repo Bandini.
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