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Editorial

Algo hace ruido desde abajo

Si la compleja realidad argentina pudiera desdoblarse, habría que señalar que en un costado el emergente es esa multitud de mujeres que salieron a las calles en todo el país, protagonistas de una reacción desesperada de indignación contra la violencia machista y las reglas del sistema patriarcal. Sin embargo, más allá del impacto que genera una movilización masiva como visibilizador de una gravísima herida social abierta

Si la compleja realidad argentina pudiera desdoblarse, habría que señalar que en un costado el emergente es esa multitud de mujeres que salieron a las calles en todo el país, protagonistas de una reacción desesperada de indignación contra la violencia machista y las reglas del sistema patriarcal. Sin embargo, más allá del impacto que genera una movilización masiva como visibilizador de una gravísima herida social abierta (el grito "Ni una menos", sumado a otras consignas históricas como el reclamo por un aborto legal, seguro y gratuito y otras tantas reivindicaciones postergadas), la marcha del 19 de octubre pasado surge en una línea de continuidad con el último Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario. Aunque los medios masivos lo ignoren, aunque el poder político siga indiferente, aunque muchos sectores de la izquierda tradicional lo subestimen, el fenómeno de las mujeres asumiendo su propio destino, peleando por un freno a la violencia machista, buscando arrebatarle conquistas al monopolio capitalista y sacudiendo la lógica patriarcal que se impone como paradigma desde hace siglos, es el hecho político más trascendente de los últimos tiempos. No se trata ya de un reclamo sectorial o típicamente reivindicativo: lo que está en juego, lo que las mujeres cuestionan y pretenden modificar, es la esencia misma del sistema. Por eso la incomodidad de la casta partidocrática: porque no hay estructura vetusta capaz de contener la fuerza transformadora que viene de abajo, porque no hay referente capaz de representar las voces de tantas mujeres trabajadoras, militantes y decididas.


El otro costado de este arbitrario recorte nos muestra la sostenida ofensiva del gobierno nacional contra los derechos de millones de trabajadores. A través del aumento de impuestos, de la erosión salarial, de la pérdida de conquistas y puestos de empleo, del desprecio racista y la estigmatización de los sectores más humildes, de un discurso pragmático, provocador y presuntamente apolitizado, de la imposición de modelos corporativos para manipular un dique social imposible de contener, los representantes de los grandes intereses que hoy se asumen gestores, no encuentran salida en las respuestas tradicionales. (¿Habrá que aclarar que gran parte de estas lógicas de la política como negocio, de la compra de voluntades a partir de la billetera del Estado, de acuerdos turbios con aliados y amigos, no son otra cosa que parte de un proceso que no comenzó ahora, sino que acompaña a la historia argentina desde hace mucho tiempo?). Pero ya no alcanza con comprar sometimientos en la mesa de saldos de la burocracia sindical. Ya no alcanza con defender los privilegios de una minoría de vecinos, metiendo uniformes en todas las esquinas. Ya no alcanza con vender el masticado discurso de la distorsión que los medios disciplinados transmiten en cadena nacional. Ya no alcanza con cerrar alianzas con otros sellos de ocasión, esos que juegan a ser oposición y oficialismo cada tantos años, pero que siempre son los mismos.


Algo está empezando a hacer ruido. Hay un país que cruje, que parece desperezarse lentamente. Está buscando cauces nuevos, es cierto. Sería ideal que no tropezara con las mismas piedras ni confiara su destino en manos de mercenarios, hipócritas y millonarios, pero nunca se sabe…. Lo cierto es que el ruido incomoda, que los gritos se escuchan demasiado fuerte, que la paciencia comienza a agotarse.


FOTO: ELIZABETH CARRETTI


BAYER, EL MAESTRO


Eran las 18 y ya estaba en la puerta del "Tugurio", dispuesto a sumarse a una nueva presentación de un libro de Sudestada. "Hoy voy a hablar poco", advirtió apenas subió a la camioneta. Lo acompañaba Marcelo Valko, autor de Descubri-Miento de América, el libro infantil presentado el 11 de octubre pasado. Y fue así. Osvaldo tomó la palabra y, con sus años a cuestas, aclaró que ya era tiempo de escuchar otras voces. La querida Nora Cortiñas intervino para preguntarle por la problemática de los pueblos originarios en Formosa, pero Bayer le pasó la posta a Valko. "Él va a contestar mejor", dijo con una sonrisa. Poco después, la gente, como es habitual, lo rodeó para darle un abrazo, pedirle una foto o una dedicatoria. Y él, sacando fuerzas de la raíz, cumplió con cada pedido. Un aplauso cerrado lo despidió del lugar. Sus verdades perdurarán en sus escritos, en la memoria de sus lectores y en su ética, ese faro que guía el futuro de los nuevos cronistas e historiadores que eligen la verdad y el compromiso como herramientas para su trabajo diario.

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Sudestada

El colectivo de Revista Sudestada esta integrado por Ignacio Portela, Hugo Montero, Walter Marini, Leandro Albani, Martín Latorraca, Pablo Fernández y Repo Bandini.