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Tabaré Rivero

"La Tabaré es una banda que hace rock en contra del rock"

Después de cinco años sin cruzar a esta orilla del Río de la Plata, el compositor y cantante Tabaré Rivero -uno de los precursores fundamentales del rock uruguayo post dictadura- charla con nosotros horas antes del reencuentro de La Tabaré con el público porteño.

Es una tarde de principios de mayo en la que Tabaré Rivero hace una pausa en la prueba de sonido. Todavía no tiene puesto el overol con el que saldrá al escenario esa misma noche, aunque ya retoca la lista de temas que incluye un repaso de estos 25 años y varias canciones de Cabarute, el último de los once discos de la banda. Sabe que contará con Sergio Dawi como saxo invitado y que, por esta vez, dejará de lado las interpretaciones eléctricas de clásicos de Daniel Viglietti o Violeta Parra, para homenajear a Luca Prodan con una intensa versión en castellano de "Crua chan". En su cuarto de siglo de existencia, el grupo que lidera tuvo distintas denominaciones según la época (La Tabaré Riverock Banda, Milongón Banda, Cachimbanda y, últimamente, Kabaret Banda), pero se hizo popularmente conocido simplemente como La Tabaré, esa forma de expresión que mixtura instrumentos musicales (casi siempre) eléctricos, con una búsqueda poético-ideológica y una fuerte presencia de expresión teatral. De sus inicios, de la movida rockera uruguaya y del panorama político actual, conversamos con el pelado oriental.

-La Tabaré fue un puntal entre las bandas de rock uruguayo.

-Sí, porque empezamos en el año 85, en un momento en que el rock no existía en Uruguay. No existía porque había sido indirectamente prohibido por la dictadura. Fue lo contrario de lo que sucedió acá en Argentina. Allá había canto popular, candombe, murga... pero no había rock. Y con el asunto de sacar toda la rabia que teníamos después de tantos años de dictadura, nosotros no paramos nunca. Cuando recién la armé, fue una banda que se formó dentro de un teatro y casi por casualidad. No pensé que iba a venir gente a vernos. Hicimos un par de toques para los amigos y se agotaron las entradas, volvimos a repetir y se agotaron de nuevo. Ya en el 87 nos comimos unos cuantos fracasos, pero estábamos en la ruta, y no podíamos parar...


(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº89 - Junio 2010)

Comentarios

Autor

Lucas Rodríguez Perea

Autor

Pablo Russo