A partir de la figura del comisario Evaristo Meneses, el escritor Vicente Battista propone en su novela Cuaderno del ausente una nueva mirada a un género que visita desde hace muchos años. En este diálogo, un repaso por las complejidades del policial en Argentina, los dilemas de un detective que supo aprovechar a la prensa y una vuelta de tuerca para la historia de un comisario en un país donde la policía "nunca fue objeto de confianza".
El misterioso pase a retiro de un famoso comisario en la década del 60 es el punto de partida para la nueva ficción del escritor Vicente Battista. Quince años después de la muerte del controvertido Evaristo Meneses, un periodista se propone recorrer sus hazañas y evocar algunos de sus casos famosos a partir del relato de la madame de un prostíbulo, quien asegura haber sido su eterna amante. Otra vez, como en cada relato de Battista, el suspenso que se desarrolla, la trama que envuelve y confunde a los personajes y el enigma que aguarda por su revelación conforman una narración atrapante que sugiere algunas preguntas para este diálogo con Sudestada.
-Usted trabaja sobre todo con el género policial, un género muchas veces bastardeado, desmerecido. ¿Cuál es su mirada sobre esta subestimación histórica?
-Que es una tontería, como todo desmerecimiento. Pero es cierto lo del género policial, yo suelo decir que es el pariente pobre. Esos parientes pobres que, como son de la familia, hay que invitarlos a la fiesta, pero además algunos los miran y todos murmuran: "Mirá la ropa que tiene, cómo está vestido". Con el policial pasa algo parecido. Lo curioso es que si das vuelta eso, nos encontramos con que casi todos los escritores del mundo -no sólo los de Argentina- alguna vez transitaron el policial. La otra cosa a tener en cuenta es que el policial es un género relativamente nuevo en cuanto a género. Lo funda Edgar Allan Poe en 1842 con "Los crímenes de la calle Morgue". Y, a partir de ahí, sigue vigente. Cuando hay otra serie de géneros que no, pienso en el epistolar, por ejemplo; hoy a nadie se le ocurriría escribir una novela epistolar.
-Su última novela, Cuaderno del ausente, es una historia basada en Evaristo Meneses, un célebre comisario de la década del 60, que solía ser tapa de revistas de la época como Vea y Lea y Leoplán.
-Para escribir esta novela fui a consultar aquellas publicaciones, justamente, y me encontré con la sorpresa de que este servidor del orden, este comisario, era noticia con bastante frecuencia. Con el fin de documentarme, anduve de recorrida por más de una hemeroteca y me sorprendí al ver qué importancia le otorgaba el periodismo a Meneses. Era común que su imagen ilustrara más de una primera plana. Hay que destacar que la información se centraba en su trabajo policial, las detenciones que había efectuado. No estoy hablando de delincuentes de poca monta, quebrados por el paco y matando para robar un par de zapatillas, como ahora. Hablo de delincuentes de fuste, con otros códigos.
(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº86 - Marzo 2010)
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