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Entre líneas - Fernando Cabrera

"Ser músico en Uruguay es dificilísimo"

El prestigioso músico uruguayo charló con Sudestada sobre su extensa carrera y su desembarco definitivo en Argentina. De la calificación de "músico de culto", a la relación con otros ritmos y artistas, pasando por la abundancia de músicos a ambos lados del charco. De todo esto y más habló Fernando Cabrera en esta nota exclusiva, en donde también se permitió analizar parte del panorama político de su país. 

Con numerosos discos en los que prevalece una lírica exquisita y directa, afianzada en un rico caudal interpretativo, Fernando Cabrera parece contar con argumentos de sobra para explicar por qué está transitando por la senda del reconocimiento.

Avalado por una larga carrera que lo llevó a compartir trabajos con muchos de los mejores músicos orientales, su inquietud y curiosidad supieron hacerlo tomar contacto con los más diversos ritmos y sonidos.

Con el prestigio de su obra a cuestas, desde hace ya algunos años viene realizando presentaciones en diversos puntos de Argentina, en donde está siendo descubierto como una especie de tesoro que, en realidad, no estaba tan oculto. En esta oportunidad, su visita a Buenos Aires estuvo ligada a sus compatriotas de No te va gustar, quienes lo invitaron a participar del concierto que darían en el Pepsi Music. Suspendido por mal tiempo, el show se reprogramó e imposibilitó la inclusión de Cabrera, quien ya tenía pautado un concierto en Montevideo.

-Pareciera que los artistas uruguayos son de juntarse mucho entre ustedes, como los brasileños; acá quizá hay más "divismo" a la hora de reunirse a tocar.

- No sé, hasta por ahí nomás, como los brasileños no. En Uruguay decimos que es al revés, que eso nunca pasa y en Argentina y Brasil, sí. Allá pasa en algunos casos, pero frecuentemente dentro de la misma generación, la misma barra, la misma tribu. Rara vez un chico de veinticinco años que hace rock va a llamar a uno de sesenta y siete que es un grande de la canción de los 60. Ese puente es muy difícil. Estos locos sí lo están haciendo.

-¿Tenés un contacto estrecho con músicos jóvenes?

- Sí, interactúo con todos los géneros, de todas las corrientes, de todas las edades. Lo digo un poco en chiste, pero soy como el invitado permanente de todos los shows, de todos los discos de todo el mundo; voy desde un payador hasta Bajofondo, pasando por la Sinfónica y por el blues, el rock, el candombe, la murga, los cantautores, todo el mundo hace algo conmigo.

Desde bien niño nunca tuve esa cosa de decir "me gusta tal cosa, entonces no me gusta tal otra". Siempre tuve la preocupación, hice hincapié, en relacionarme. Eso de "si yo soy de este lado, vos sos de aquel" lo evité; me metía, investigaba, trataba de aprender de todas las músicas, iba a ver a los tangueros, a los bluseros, a los que hacían música académica, el Carnaval, el rock.

Pasan los años, y ahora recibo un poco como confirmación de esa actitud esto de que todo el mundo me invita, me ven funcional también a ellos, no ven a un raro que va a chocar, ven que voy a ser dúctil.

-¿Cómo te llevás con el mote de "músico de culto" con el que se refieren a vos de manera casi continua?

-No sé; primero porque tardé años en comprender bien qué es eso de ser algo de culto, ¿no? Me acuerdo de que cada vez que un periodista me lo preguntaba, yo le decía: "¿qué quiere decir?, explicame vos".

-A veces se puede asociar a la gente que hace cosas para determinado sector...

-Me rechina un poco, porque si es para pocos, ¿a quién le gusta eso?, a mí no. Pero es evidente que es una calificación que tiene que ver con que lo tuyo es consumido por determinado sector de personas; no está mal. También veo que lo mío va creciendo, sobre todo en los últimos años; tal vez algún día dejen de hacerme esta pregunta.

-También se asocia al prestigio.

-Porque tiene como un halo de prestigio eso de ser de culto; pero yo que sé, poné "no sabe qué contestar"...


(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº85 - Diciembre 2009)

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Autor

Débora Ruiz y Joaquín Amoia