Buscar

Editorial

La amenaza

Existe el riesgo de caer en lugares comunes, de repetirse. Incluso, el peligro de confundir la palabra de uno con el vozarrón interesado...

Existe el riesgo de caer en lugares comunes, de repetirse. Incluso, el peligro de confundir la palabra de uno con el vozarrón interesado de tantos otros que se dejan escuchar por los medios y que no pueden disimular su desesperado alegato en busca de un voto, un subsidio, una prebenda, un lugarcito en la mesa del poder. Pero el riesgo mayor es dejar pasar la amenaza y no decir nada. También, podría decirse, subsiste el complejo problema de carecer de una alternativa real de la cual aferrarse como oposición y salida genuina. Pero tampoco es excusa hoy.

La derecha avanza, otra vez. Ocupa espacios, recupera minutos, invade páginas, y se mimetiza en el discurso cotidiano de la calle. La derecha se une y avanza, y crece. Tiene nombres y empresas detrás. Tiene medios de comunicación y de los otros. Y cuenta, además, con la fabulosa ventaja de un adversario incapaz de ofrecer nada, porque su política se basa justamente en la continuidad de un proceso que viene con treinta años de desarrollo en nuestro país. Porque el clientelismo es su práctica cotidiana, la represión su baraja en la manga, y la genuflexión su ejercicio diario, por más palabras que estrellen contra las paredes de papel. Y saca ventaja la derecha, además, por la ausencia de una propuesta revolucionaria. Parte de la izquierda argentina hoy agoniza en su naufragio histórico, aferrada a un puñado de votos que le permite sostener su aparato financiero, una pequeña estructura para sus famélicas filas o un discurso siempre altisonante, siempre cerrado, siempre soberbio de respuestas y de saberes sobre todos los temas. Saben todo, claro. Los que no entienden son los otros. Por eso no escuchan, ni leen. Por eso su prensa partidaria es mala e ilegible, o rebosa de consignas huecas con signos de admiración por todos lados. Por eso se regodean en el páramo de sus sectas mínimas, donde se desarrolla la fascinación por un aleph singular: allí está todo, lo único importante y lo que determina sus actitudes, su conducta, su prensa y su línea. Cada vez más lejos de los trabajadores. Cada vez más lejos de la teoría y de la memoria de la ideología que dicen representar, incluso. Porque las ideas no importan. Cada vez más ajenos al universo cotidiano que los rodea, se diluyen en apariciones esperpénticas, en reacciones inconstantes.

Y la derecha, en tanto, no duda y saca ventaja. Se une, la derecha. Crece.

Pero hay luz, cada tanto. Y uno visita Zanon con su presente de lucha y su futuro recuperado. Y recorre la Biblioteca Popular Bella Vista en Córdoba, y escucha a un barrio latir en sus pasillos. Y escucha crónicas de un pasado de combate detrás de un hombre como el Che, que supo hacer escuchar su voz y jugarse el pellejo por otro continente.

Entonces habrá que seguir buscando, y escribiendo, y pensando. Porque la derecha crece, y la alternativa real sigue pendiente. l

Comentarios

Sudestada
Autor

Sudestada

El colectivo de Revista Sudestada esta integrado por Ignacio Portela, Hugo Montero, Walter Marini, Leandro Albani, Martín Latorraca, Pablo Fernández y Repo Bandini.