Dos largos años

En el preciso momento en que sus ojos, amigo lector, recorren sin demasiado entusiasmo estas líneas introductorias, una revista cultural independiente, nacida en la zona sur del conurbano, está cumpliendo dos años de vida. Dos años de una larga marcha a través de los mismos problemas que, casi con seguridad, lo acosan a usted, buen amigo, que hoy se devora estas palabras como buscando una señal, como implorando no haberse equivocado en gastar esos 2,50 pesos que exige la tapa para llevársela a casa, para ojearla en el colectivo, para olvidársela debajo de una pila de ropa húmeda para planchar. Sudestada cumple dos años en la calle y otra vez la tapa recibe la visita de un viejo conocido: don Julio Cortázar. Así empezamos, una fresca nochecita de agosto de 2001, cuando el número 1 de nuestra revista apareció tibiamente en escena. Con una tapa ciertamente pixelada, una diagramación bastante primaria y algunos problemas de criterio y redacción; salía Sudestada a la cancha.

Tiempo después, uno se deja seducir con preguntas profundas del tipo: "¿Habremos conseguido lo que nos propusimos? Pero no, mejor dejar la profundidad para otras cosas más serias y disfrutar, disfrutar ahora esta conquista enorme que significa para un puñado de voluntades del sur del conurbano, editar una publicación que tiene a la cultura y al arte como corazón y pulmones. "¿Cuál es el estado de la cultura argentina, dos años después?", podríamos preguntarnos, pero hacerlo ahora sería frenar la marcha para reflexionar con opiniones que, casi siempre, no conviene dejarlas salir del café. La tarea es otra, ahora. Las preguntas se contestan de parado, sin mirar a los costados ni borronear lamentos y un listado bien grande de problemas y defectos. Que los tenemos, no tenga ninguna duda, amigo lector. Pero son tiempos de festejo, che. Dos años, y uno se pone contento como un zonzo y, lo peor, lo escribe. Es así, qué le vamos a hacer...

"¿Qué razones nos impulsan a seguir? Porque vamos a seguir ¿no?". Qué sabemos, ahora es ahora y usted, como nosotros, ya se debe estar cansando de tantas preguntas seriotas. El tiempo dirá, como dijo alguna vez (y hubo oídos frescos para escucharlo): "Van a sacar 21 ediciones, van a cumplir dos años, van a toparse con grandes personas y con otras que no valen la pena, van a renegar por los costos y las adversidades, van a agotar veredas en el sur y en Capital distribuyendo la revista, van a disfrutar y a reírse como nunca mientras le ponen papel y tinta a los sueños y los empaquetan para regalo, van a...". Todo eso dice el tiempo, viejo zorro, y sigue hablando, el tipo, y nosotros escuchamos.

Ahora, amigo lector, usted apura la lectura advirtiendo el acantilado de la página, buscando algo interesante para pasar el rato. Bienvenido entonces a este universo de papel obra de 80 gramos (el mejor papel para envolver los huevos, señora), de tipografías meta, de fotos difusas y robadas, de palomas aplastadas con la mano en la galera. Bienvenido, y salute. Son dos años, che. ¡A la pelota! ¿Quién lo hubiera dicho?