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Entre líneas

Martín Fierro: un hombre de campo

¿Es posible una relectura de un clásico del gauchesco criollo y fundante de la literatura en tiempos de concentración de la tierra, de retenciones y de modelo agroexportador? De la rebeldía a la obediencia, un Martín Fierro desde una perspectiva diferente y en clave actual. por Sebastián Henríquez

Un folleto de 72 páginas comienza circular por Bs. As. en 1872. Se consume rápidamente entre los porteños en general. Su propósito es denunciar en la ciudad lo que ocurre en el campo. Es de José Hernández (1834-1886), un federal liberal aún proscrito tras haber participado en el último estertor del Partido Federal, liderado por López Jordán.

El folleto en cuestión es ideológicamente coherente entre sus partes. Contiene una "Carta al editor de la primera edición", un fragmento del discurso de Nicasio Oroño en el Senado (1869), que trata sobre las incursiones de los indios y el reclutamiento y maltrato dispensado a los paisanos en la frontera, y un fragmento de un artículo publicado en el diario La Nación (1872) que habla sobre la situación de la guarnición en los fortines. Incluye, además, 62 versos del poema "El payador" de Magariños Cervantes y "Camino trasandino", del mismo Hernández. La edición no hubiese sido posible sin don José Zoilo Miguens (¿El mismo apellido que el último presidente de la Sociedad Rural Argentina?), estanciero, dueño de tierras en Azul, Ayacucho y Arenales, chacras en Quilmes, y fincas en Buenos Aires y Flores. Fue el primer Juez de Paz de Ayacucho. En su función, había hecho las mismas denuncias que las del folleto…

Con el tiempo, el resto del folleto sería dejado de lado y sólo una parte de él, ese único ejercicio "literario" de un periodista y político que nunca aspiró a ser parte del mundo de las letras, se convertiría, paradójicamente, en el centro del canon literario de su siglo. Una lástima, porque la convivencia con las otras partes del folleto nos recuerda de qué es parte el Martín Fierro: de las demandas político-económicas del proyecto ganadero-pampeano. O, en lenguaje de la actualidad: la defensa del campo.

En su "Carta a los editores de la octava edición" (1874), explicita: "Mientras que la ganadería constituya las fuentes principales de nuestra riqueza pública, el hijo de los campos, designado por la sociedad con el nombre de gaucho, será un elemento, un agente indispensable para la industria rural, un motor sin el cual se entorpecería sensiblemente la marcha y el desarrollo de esa misma industria, que es la base de un bienestar permanente y en que se cifran todas las esperanzas de riqueza para el porvenir. Pero ese gaucho debe ser ciudadano y no paria; debe tener deberes y también derechos, y su cultura debe mejorar su condición". Es desde este interés superior –el modelo productivo pampeano exportador– que se entiende la defensa del gaucho. El ataque a este último por parte del gobierno de Sarmiento (1868-1874) es, ante todo, un ataque al campo, un desprecio por su rol fundamental en el destino del país. En esa carta, Hernández discute la tesis del presidente de que era imposible un país liberal sobre las bases materiales del campo y, como él mismo señala, esa es la orientación ideológica fundamental del Martín Fierro: "La ganadería puede constituir la principal y más abundante fuente de riqueza de una nación, y esa sociedad, sin embargo, puede hallarse dotada de instituciones libres como las más adelantadas del mundo; (...) De estas ideas, a darle a un libro la tendencia que se ha observado en el que nos ocupa, no hay distancia que recorrer".

En El Río de la Plata, periódico que dirigió entre 1869 y 1870, Hernández ya había escrito el argumento de su poema. En esas páginas, el periodista se había sublevado contra las muchas acciones u omisiones que no daban a la campaña el lugar estratégico que le cabía. Allí, defendió un programa que consistía en anular el servicio de fronteras (la leva forzada a través de la "ley de vagancia") que despojaba a la campaña de su mano de obra más útil, para reemplazarlo por un ejército profesional, o con gauchos a los que se les diera tierra y salario para afincarse en la frontera; equipar y mejorar los fortines; modernizar caminos, comunicaciones y toda infraestructura en el campo; derogar todo tipo de aranceles a la exportación de sus productos (¡Estaba en contra de las retenciones!) y garantizar la aplicación de la ley y el derecho frente a los desmanes del caudillismo electoral (punterismo político de nuestros días).

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El colectivo de Revista Sudestada esta integrado por Ignacio Portela, Hugo Montero, Walter Marini, Leandro Albani, Martín Latorraca, Pablo Fernández y Repo Bandini.