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Nuestra América

Casa/50

A cincuenta años de su fundación, Casa de las Américas es sin dudas una referencia para la cultura y el pensamiento del continente. Un paneo por la historia, las actividades actuales y los desafíos de esta institución emblemática de la revolución cubana.

En enero de 1959, una buena parte del mundo posaba los ojos en esa pequeña isla. Heterodoxa, una Antilla desafiaba manuales y pronósticos al imponer una revolución contra una injusticia secular y contra un imperio muchas veces más poderoso en lo militar. Insolente, Cuba emprendía un camino que la llevaría a construir el socialismo en América Latina, a un par de minutos no más de los Estados Unidos.

Fidel y los dirigentes de la revolución cubana entendieron desde un prin-cipio que el destino de tan osado proyecto antiimperialista estaría ligado al desarrollo de lineamientos educativos y culturales acordes en audacia e ingenio a sus planteos políticos y económicos. Millones de cubanos, por primera vez, serían dueños del producto de su trabajo gracias a la reforma agraria y, en paralelo, tomarían también por vez primera un libro entre sus manos. A sólo tres meses del triunfo revolucionario, Cuba fundaba la Imprenta Nacional, que publicó 100.000 ejem-plares de El Quijote para venderlos a 25 centavos. Ya casi 70 cuarteles de la dictadura batistiana se habían trans-formado en escuelas y la alfabetización masiva, elemento indispensable para hablar de la cultura para todos, avanzaba en camino de su alcance universal, logrado en 1961. Pero ya en aquellos primeros meses de 1959, el arte, el cine y otras ramas del pensamiento recibían un notable impulso: se fundaba el ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos), se trabajaba para inaugurar en junio el Teatro Nacional. Y el 28 de abril, se creaba Casa de las Américas.

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº77)

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Autor

Mariano Garrido