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Crónica viajera

Entrevista con Mauro Millán

En la localidad de Esquel, provincia de Chubut, dialogamos con Mauro Millán. A lo largo de un intenso y prolongado encuentro, nos reveló claves decisivas para entender las reivindicaciones del pueblo mapuche y la lucha que están llevando a cabo por la recuperación de sus tierras, su historia y su cultura.

Mauro Millán es miembro y vocero de la organización 11 de Octubre, una agrupación conformada por gente mapuche-tehuelche que vive en centros urbanos y comunidades rurales. Sus integrantes proponen la reorganización del pueblo que originariamente habitaba los territorios ocupados hoy por Chile y Argentina. Su lucha no sólo consiste en recuperar las tierras que les fueron arrebatadas. Consiste también en la recuperación de la historia, la filosofía y la cultura mapuche, como un instrumento que les permita proyectarse hacia el futuro dentro del contexto de opresión globalizadora que la humanidad está sufriendo.

Mauro intervino como activo protagonista en el conflicto desatado en 2002, que cobró dimensión nacional a partir del desalojo de la familia Curiñanco del predio Santa Rosa, en la zona de Leleque (Chubut), a instancias de una denuncia penal por "usurpación de tierras" realizada por el Grupo Benetton, el mayor latifundista del país, propietario de un total de 900.000 hectáreas repartidas en gran parte de la región donde el general Julio Argentino Roca instrumentó su devastadora Campaña del Desierto. En 2004 la Justicia de Chubut desalojó a la familia Curiñanco y restituyó las tierras al Grupo Benetton. Como respuesta, Mauro viajó junto con la familia mapuche a la ciudad italiana de Treviso, donde se entrevistaron con el empresario durante más de cuatro horas. Luego viajó a la ciudad austriaca de Viena, donde se congregaron numerosas entidades de Derechos Humanos y de participación social. Entre otras problemáticas, allí se dio a conocer el accionar de las empresas europeas en América Latina, y Mauro denunció la conducta de Benetton en territorio mapuche y patagónico, lo que profundizó la campaña internacional en detrimento de los United Colors.

-¿Qué te parecen los repudios a Julio Argentino Roca que han crecido durante los últimos años para difundir conciencia acerca del verdadero significado histórico de la Campaña del Desierto?

-Al repudio no lo veo mal. Pero lo de Roca es una manera muy simplista de analizar la historia. Sirve para esquivar verdaderas culpas. Es un chivo expiatorio. A la historia no la podés medir a partir de una actitud, una personalidad o de lo que significó un hecho en particular, porque las instituciones, hoy por hoy, no han cambiado en absoluto; porque lo que Roca hizo militarmente después fue consumado y continuado por esto que entendemos por la legalidad, la propiedad privada, la moral cristiana, las leyes y la policía detrás para cuidar el capital. ¿Qué es lo que ha cambiado? Nada. Ahora se lo matiza con la pseudo democracia, una democracia ficticia, que es una gran maquinaria de represión. También están los antropólogos y los historiadores que han tratado de esconder o tergiversar la verdadera historia mapuche. Ellos también forman parte, son el motor y la bujía de este engranaje para que la gran maquinaria de represión funcione en armonía y puedan justificarse todas las atrocidades. Hay teorías que están asombrosamente acomodadas. Pero si vos hacés una investigación realmente profunda, tratando inclusive de interpretar la oralidad, vas a encontrar otra cosa... porque si acá hay algo que se estima es la oralidad, y la oralidad hasta nos cuesta entenderla a nosotros como mapuches. Hoy vos te podés conectar a Internet y podés ver lo que está pasando en Nigeria, pero en cambio la historia oral es muy difícil de entender en un mundo tan globalizado, porque significa los hechos y los episodios que acontecieron en un limitado espacio territorial, y es maravilloso entender eso. Lo que pasa es que es como un gran rompecabezas para juntarlo y después que se convierta en una historia amplia, integral. Acá los viejos te hablan de la guerra, y todos tienen una versión diferente de por qué la guerra. Hablo de la guerra contra el blanco, la guerra contra el Estado argentino.

-Ustedes, como pertenecientes a la nación mapuche, ¿cómo se consideran frente a la nacionalidad argentina?

-Ponele que nosotros nos quisiéramos considerar argentinos... no tiene coherencia la nacionalidad argentina. Es como si alguien entrara a tu casa, violara a tu madre, a tus hermanas, y luego vos te ponés orgullosamente el apellido de ese violador.Nosotros tampoco buscamos que la gente reniegue de ser argentina. No queremos confrontar en una escala de valores donde se pueda plantear quién es más y quién es menos. No queremos eso, porque la identidad argentina la van a tener que construir, tarde o temprano, pero no nos gusta que se eche mano a ese discurso facilista que dice "Los indígenas son nuestras raíces". Macana. Nosotros no somos raíces. Nosotros somos víctimas de este Estado. Y el Estado para mí no es la gente. Para mí hay una cuestión muy simple: el pueblo es pueblo. Y después está el poder. El Estado fue y es una necesidad del poder, porque nació en un período en el cual ya se estaba pariendo esta economía; y quienes dominan quieren organizar la sociedad bajo las leyes que ellos necesitan para continuar lucrando. El pueblo es otra historia. La identidad no tiene que basarse en el Estado. La identidad tiene que ser otra historia... la idiosincrasia, todo lo que va a ir pasando... pero que aún es muy incipiente para toda la sociedad latinoamericana. A mí me harta que el discurso latinoamericano meta todo adentro de la bolsa, porque no es así. ¿Te parece que el pueblo mapuche, con ocho mil años de historia, puede ser raíz de este Estado? El Estado argentino tuvo una formación bastante más posterior, cuando, hacia 1880, los grupos más poderosos de Buenos Aires logran imponerse ante los caudillos del interior, junto con el avance militar hacia el sur y el consecuente despojo de tierras que todavía hoy continúa... En definitiva, el objetivo de la conformación de los Estados es la consolidación del control social para asegurar el poder económico de un cierto sector.

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº71 - Agosto 2008)

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Autor

Martín Flores y Ana Sofía Quintana