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Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota

El violento oficio de ser Redondos

Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota no sólo se ganó un lugar destacado en la historia como la banda más convocante y, quizás, la más argentina del rock nacional. También representa, aun después de su final conocido, la raíz de un mito subversivo que generó polémicas varias y jamás abandonó una actitud de rebeldía y resistencia que la hizo única.

Desde hace ya varias décadas, un fantasma recorre Argentina. Es el fantasma de Patricio Rey. Al igual que aquellos viejos y gastados símbolos que agotan los tiempos en un errar de perpetuo misterio, el fantasma de Patricio Rey se hizo bandera en alto para varias generaciones, fue la voz en la garganta de cientos de miles de pibes sin rumbo fijo, la cara en las remeras en todos los rincones del barrio y la hazaña contada a gritos entre los afortunados testigos de alguna de sus esporádicas apariciones. Y la fama del fantasma creció, como crecen de forma subterránea aquellas leyendas que ignoran los eruditos y los cronistas de la nada diaria hasta que el mito estalla ante sus ojos. Creció desde abajo, perdiéndose en los laberintos de un país bien acostumbrado a venerar leyendas imposibles. Patricio Rey no estuvo solo, nunca, eso es verdad. Conocido fue que sus representantes en estas tierras, los Redonditos de Ricota, ejercieron la inquebrantable voluntad de un ejército adiestrado para romper las reglas, para cambiar el curso de la música criolla, para ejecutar con sus armas musicales la más sanguinaria de todas las batallas.
Nadie supo nunca, a ciencia cierta, dónde ni cuándo nació el mito, ignorancia indispensable para delinear su imagen de inasible misterio, de bordes sombríos y enigmáticos que jamás se terminan de recorrer. No hacía falta tampoco conocer demasiado sobre el fantasma y su ejército. Pero el mito creció demasiado; creció hasta cobrar formas desmesuradas, hasta llegar a desbordar la capacidad de control de sus propios hacedores. Y los Redondos bajaron, de golpe, del mito a la realidad trágica de todos los días. El mensaje del fantasma comenzó a desvirtuarse, sus palabras se desdibujaron, la música se perdió de pronto en la muchedumbre extasiada de gritos y empujones y, por fin, se perdió en el silencio. Quizás para siempre...

(La nota completa en Especial # 6 Jazz - Rock de Sudestada - Julio 2012)

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El colectivo de Revista Sudestada esta integrado por Ignacio Portela, Hugo Montero, Walter Marini, Leandro Albani, Martín Latorraca, Pablo Fernández y Repo Bandini.