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Trelew: La patria fusilada

Se estrenó Trelew, el documental de Mariana Arruti sobre la fuga carcelaria y los fusilamientos políticos de 1972.

Desde la ventana de la torre de control, Mariano Pujadas vio el aeropuerto rodeado. Retrocedió unos pasos, dejó el FAL sobre la mesa y miró a sus compañeros. "Entonces, ¿estamos de acuerdo? Decimos que queremos que venga el juez, dejamos entrar a los periodistas y le contamos al pueblo el porqué de la fuga, cómo llegamos acá. Blanqueamos todo, los seis que tomaron el avión que llegó de Comodoro, qué nos pasó."

-Apenas vengan entregamos los rifles y los cargadores. Ah, y pidamos que nos revise un médico, antes que volvamos al penal- apuntó uno del ERP.

Por la mañana, 15 de agosto de 1972, habían tomado el penal de Rawson. El plan era una fuga masiva: más de un centenar de miembros de FAR, Montoneros y ERP debían escapar de esa cárcel de máxima seguridad y volver a la clandestinidad. Hubo un error logístico, fallaron unos camiones y decidieron enviar a la vanguardia al aeropuerto, pero los diecinueve del segundo grupo recién llegaron cuando el avión despegaba. Coparon el aeropuerto sin tomar rehenes, pero tuvieron que deponer las armas.
Daniel Carreras, periodista del canal 3 de Trelew, llegó al aeropuerto escoltado por Luis Emilio Sosa, capitán de corbeta de la Infantería de Marina. Godoy, el juez federal, parecía de buen ánimo. Se prendió la luz de la cámara, tres se pararon y comenzaron a declarar. Varios oficiales aguardaron detrás de cámara. Tomó la palabra el Indio Bonet. Habló de Perón, de la estrategia, de porqué tomaban las armas contra el régimen de Lanusse.

"Nosotros queremos dejar en claro que la fuga continúa la lucha de los obreros que fusilaron en la Patagonia en el '22" anunció. El capitán Sosa paró la oreja. Algunos civiles empezaron a hacer preguntas como si asistieran a una clase especial: qué entendían ellos por violencia, porqué querían la revolución. El juez aceptó las condiciones, estrechando la mano de Pujadas. Momentos después se disculpó, se despidió y se bajó del ómnibus: le habían avisado que habían declarado la zona de emergencia y tenía el control el Quinto Cuerpo del Ejército. No los enviarían al Penal, sino a la Base Almirante Zar, una estructura aséptica a seis kilómetros de Trelew, a 1500 kilómetros de Buenos Aires.

En las imágenes registradas por el camarógrafo de canal 3 -los originales desaparecieron- utilizadas en el documental, por primera vez integrantes de las tres organizaciones armadas plantearon la posibilidad de forjar la unidad, frente al Gran Acuerdo Nacional y la proscripción del peronismo. "Fue una declaración política muy importante, y esto se estaba gestando dentro del penal de Rawson. El gobierno militar vio esa unidad: en un penal de extrema seguridad se fueron seis tipos, la cúpula de las organizaciones, y los demás dieron la conferencia. Ahí están las contradicciones: una situación de poder y dignidad, y a la vez de ahí se fueron a la Base para morir" dispara Mariana Arruti, directora del documental "Trelew" que se estrenó comercialmente el 16 de septiembre en Buenos Aires.

En la Base Almirante Zar, el 22 de agosto a las tres y media de la mañana alguien pasó golpeando las celdas para que sacaran los colchones, y los hicieron formar en el pasillo mirando al piso. Tres días antes había caído una nevada soporífera. Las ráfagas llegaron cruzadas desde ambos extremos; algunos todavía no habían salido de su celda. Las descargas cesaron entre murmullos, insultos y gritos de dolor. Apareció el teniente Roberto Bravo, los obligó a pararse, manos en la nuca. Luego comenzaron los remates, uno por vez. En la enfermería de la base, eran seis los heridos: Astudillo, Berger, Haidar, Alfredo Kohon, Polti y Camps. A la mañana quedaban vivos solamente tres.

El régimen lanussista declaró que Mariano Pujadas había intentado arrebatarle la ametralladora a un oficial. Se ocultaron las pruebas; el Ministro del Interior, el radical Arturo Mor Roig, no se ocupó de los hechos. Mariana Arruti, antropóloga y realizadora -sus films anteriores son La Huelga de los Locos y Los Presos de Bragado-, plasmó su fascinación por Trelew en un film intenso y con múltiples puntos de vista: los testimonios de los guerrilleros que nunca salieron del penal además de los que se escaparon y sobrevivieron, el médico, el periodista, los lugareños, los taxistas, un conscripto, el empleado de la funeraria que retiró los cuerpos de la Base.

En el documental, Enrique Gorriarán Merlo y Vaca Narvaja explican detalladamente el entramado de la fuga, los preparativos y los desafíos. "Ellos rescatan el tema de la unidad -señala Arruti-. Al ver la película ves que ninguno habla estrictamente de política. Hablan del plan, de las chacareras que bailaba Santucho dentro del penal, de cuando se besaban por un agujero entre dos celdas, del dolor por la pérdida de los compañeros. A mí lo que me interesó es contar lo cotidiano, hablar desde lo jóvenes que eran: no militantes inalcanzables sino tipos de 20 ó 25 años que también se enamoraban y cuando no estaban presos iban al cine", enumera.

En "La patria fusilada", el extenso diálogo que Paco Urondo tuvo en 1973 con Alberto Camps, Renée Haidar y María Antonia Berger cuando Héctor Cámpora liberó a los presos políticos de Villa Devoto, uno de ellos explicó que "se evidenciaba un trabajo político muy homogeneizador, un clima muy bueno, pese a que participaban organizaciones con diferencias políticas. Pensá que en general éramos todos fanáticos por el fútbol y habíamos dejado de jugar como 15 ó 20 días para poder discutir". Los cuatro luego fueron desaparecidos y la historia anestesió a Trelew...

La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº33

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Autor

Patricio Féminis