Adiós al Flaco

Las necrológicas no nos gustan, siempre intentamos evitarlas. Pero hay vidas que rompen las reglas. La música es, tal vez, el mejor puente para llegar a los sentimientos más profundos del ser humano. Las canciones forman parte de nuestra personalidad, son guiños de lo que soñamos ser. Luis Alberto Spinetta se fue de este mundo el mes pasado y su ausencia física deja un agujero inmenso en este presente musical achatado, ajustado a las reglas de la masividad, donde la rebeldía en la mayoría de los casos no es más que un recuerdo. El Flaco era de una especie distinta, desde sus letras hasta cómo pactaba antes de subirse a un escenario.
En la redacción de Sudestada había -como con casi ninguna otra personalidad- un respeto unánime hacia su trayectoria y su obra. Tuvimos la oportunidad de charlar telefónicamente en algunas ocasiones con la intención de hacer una entrevista, pero el Flaco no era presa fácil para el periodismo. Y menos aún para desconocidos de una publicación editada desde la lejana Lomas de Zamora. No lográbamos entender sus planteos de posponer la charla porque, meses después, aparecía en algunas notas con periodistas amigos. Lo esperamos, pero el turno no llegó. Creemos, igualmente, que el Flaco seguirá dialogando con su obra.
¡Hasta siempre Flaco!