Buscar

Entrevista a Horacio Verbitsky + adelanto

La pasión según Rodolfo Walsh

De la investigación sobre el origen de la Triple A a las críticas enviadas a la conducción montonera. De la experiencia del trabajo político en la organización al vínculo de amistad entrañable que los unía. Fragmentos de un diálogo con Horacio Verbitsky, donde hay lugar para las obsesiones, las pasiones y el coraje de un intelectual de la talla de Walsh. Además, un adelanto exclusivo del libro Rodolfo Walsh. Los años montoneros, de próxima publicación con el sello Cuadernos de Sudestada-Continente.

Perseguir el rastro de Rodolfo Walsh, y particularmente el de su trabajo militante durante el lapso comprendido entre 1973 y1977, representa una tarea fascinante. En ese sentido, el testimonio directo de aquellos militantes que compartieron el esfuerzo cotidiano, que discutieron sobre sus mismas dudas y certezas, que lucharon a su lado detrás de un proyecto revolucionario, resulta un elemento de importancia medular. Horacio Verbitsky acompañó a Walsh desde la experiencia con la CGT de los Argentinos, en el diario Noticias y en la militancia en común en Montoneros, entre tantos otros espacios compartidos. De allí, el valor incalculable de sus recuerdos y de su voz.

Entrevistado en el marco de un libro de pronta publicación, Verbitsky propone recorrer las opiniones del Rodolfo Walsh menos abordado por la historiografía: la etapa signada por la militancia revolucionaria.

Los papeles de Walsh

-¿Los apuntes críticos de Walsh a la conducción fueron fruto de una producción colectiva?

-Nosotros teníamos una relación doble. Por un lado éramos militantes encuadrados dentro de Montoneros en ámbitos orgánicos separados, teníamos incluso niveles jerárquicos distintos. Él tenía un cargo superior al mío. Además éramos amigos de muchos años atrás, entonces teníamos encuentros al margen de la orga con él, con Pirí Lugones, con Paco Urondo. En esos momentos, se hacía el análisis de lo que estaba pasando. Recuerdo un verano, que tiene que ser el de 1977, en enero, donde fuimos a una playa, tuvimos una larga discusión sobre los planteos que estaba haciendo la conducción y hubo acuerdo sobre los errores que se estaban cometiendo. Con Rodolfo, con Lilia, con Pirí y su marido, y mi mujer de entonces estuvimos diez días en una playa alejada. Analizamos mucho cuál era la posición de la conducción. Había una cinta que circulaba, donde Firmenich negaba que hubiera muchas caídas, que había gente que colaboraba al ser torturada. Había una situación de negación total, se tendía a creer que el militante era un héroe que gracias a la ideología era capaz de soportar cualquier cosa, y nosotros decíamos que no era así. Era un ideologismo que por nuestro ser periodista no lo creíamos y teníamos cierto apego a los datos de la realidad. Nos alarmaba mucho el giro militarista. Además, si por un lado se decidía formar un partido revolucionario de cuadros, y la discusión interna se limitaba al máximo, empezaba una cuestión de verticalismo y militarización densa. Militarización en el sentido de organización interna y de no discutir. Era todo lo contrario a lo que tendría que ser un partido de cuadros. Además hay toda una experiencia del primer año de la dictadura con ANCLA y con Cadena informativa, que son dos instrumentos que Rodolfo inventa para romper el discurso informativo. Cadena Informativa tiene su origen en el supuesto que nueve de cada diez personas por esos años estaban a la espera de la información. Que hay que hacerlo circular, hacer copias con mimeógrafo, papel carbónico, como sea. Cuando se le entregaba a alguien un ejemplar de Cadena informativa, se le pedía que siguiera la cadena haciendo copias para que circulara el material.


(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada Nº86 - Marzo 2010)

Comentarios

Autor

Ignacio Portela

Autor

Hugo Montero