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Editorial

¿Dónde está Santiago?

Al cierre de esta edición, el Estado argentino seguía sin aportar ninguna certeza con respecto al paradero de Santiago Maldonado. Al cierre de esta edición, los gestores de turno en el gobierno nacional insisten en su táctica de demonizar a las comunidades originarias, a la familia del propio compañero desaparecido

Al cierre de esta edición, el Estado argentino seguía sin aportar ninguna certeza con respecto al paradero de Santiago Maldonado. Al cierre de esta edición, los gestores de turno en el gobierno nacional insisten en su táctica de demonizar a las comunidades originarias, a la familia del propio compañero desaparecido, a los grupos de diversas vertientes políticas y sociales que persisten en el reclamo para conocer el paradero del joven secuestrado por Gendarmería. También al cierre de esta edición, las fuerzas de seguridad siguen manejándose en las calles de todos los barrios con la impunidad que les confiere un sector de la población, que aplaude de pie las políticas represivas, que corre a votar cada tanto para legitimar la estigmatización del pibe y del pobre en las calles, que se desespera de miedo ante la alternativa de resignar algún privilegio, que mira con indiferencia ese país hundido en la ciénaga del hambre y el desempleo, que sueña con miles de uniformados copando las veredas de su pulcra ciudad con veleidades europeas, que rechaza el ejercicio de pensar más allá del ombligo de su egoísmo de clase, que expresa en sus opiniones un profundo racismo y un desprecio que parece más fruto del resentimiento que de cualquier argumento racional. Al cierre de esta edición, también, los candidatos de boleta ancha y sonrisa congelada, siguen analizando los resultados electorales y craneando el mejor destino posible para sus fachadas partidarias, siempre dispuestos a venderse al mejor postor ante una oferta superadora. Al cierre de esta edición, los pibes y las pibas del interior profundo miran desde afuera el espectáculo de los medios, y perciben que el futuro no tiene un lugar para sus anhelos y esperanzas. Al cierre de esta edición, los mercenarios y los idiotas útiles validados por un micrófono y una cámara cumplen con el prolijo guión dictado por sus patrones y salen presurosos a operar, disfrazados de periodistas desde la comodidad de su existencia de aire acondicionado y seguridad privada en las esquinas. Al cierre de esta edición, siguen muriendo pibas por la violencia machista y por los abortos clandestinos, todas ellas abandonadas a su suerte por un sistema patriarcal que festeja como una gracia las expresiones misóginas desde la cuna. Al cierre de esta edición, los estancieros del agronegocio y los timberos de las grandes corporaciones siguen acumulando ganancias inéditas, mientras los recursos naturales se agotan y la contaminación asoma hasta debajo de las piedras. Al cierre de esta edición, los dueños de tonada anglosajona se reparten lo que queda de la Patagonia como porciones de una torta, ante la mirada cómplice de los administradores de ayer y de hoy. Al cierre de esta edición, siguen desapareciendo mujeres en la maraña de las redes de la trata, siguen muriendo nuestros pibes por las balas del "gatillo fácil" y siguen recaudando para la caja chica los narcos de un Estado que ni se preocupa por disimular el uniforme y la marca de la gorra. Al cierre de esta edición, seguimos preguntándonos cómo es posible que toleremos a un Estado con prácticas terroristas, cómo es posible la pasividad de gran parte de la población y que no haya muchedumbres en las calles protestando contra un presente de ajuste, de represión, de saqueo, de endeudamiento. Al cierre de esta edición, seguimos pensando que la única solución es pensar la política en manos de las mujeres trabajadoras y de los estudiantes. Porque, tal vez con la llave del Estado en sus manos, sea posible imaginar que algo comienza a crujir en lo profundo de esta patria de contradicciones.
Al menos eso, al cierre de esta edición.


Ilustraciòn de Villy Villian

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El colectivo de Revista Sudestada esta integrado por Ignacio Portela, Hugo Montero, Walter Marini, Leandro Albani, Martín Latorraca, Pablo Fernández y Repo Bandini.