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Peregrinos: Moishe Postone

Un marxismo para los movimientos sociales

No fueron sólo pensadores, sino peregrinos de un camino posible y deseable hacia la revolución. En su recorrido se fueron encontrando, ineludiblemente, con el pensamiento de Marx. Comprendieron que la labor del filósofo alemán no estaba concluida. ¡No podía estarlo nunca! El marxismo concebido como idea viva, como cosmovisión del universo. A lo largo del siglo xx, un siglo de intentonas revolucionarias, revivieron el cuerpo teórico marxista como Frankenstein a su bestia, lo recuperaron de los sepultureros también llamados "ortodoxos", "deterministas", "idealistas" y demás, no sin errores, no sin contradicciones. Sus búsquedas fueron una aventura épica contra la charlatenería y la miseria humana.

No lo conozco, ¿quién es?

Se trata de un pensador marxista casi desconocido en la Argentina, pero que desde hace un tiempo cobró importancia en la discusión académica y política internacional. Moishe Postone es profesor de historia intelectual europea en la Universidad de Chicago. Nacido en Canadá en 1942, obtuvo su doctorado en Fráncfort en 1983 y ha dedicado buena parte de su trabajo a la historia y crítica del antisemitismo, pero sus contribuciones más conocidas son las relacionadas con su tesis doctoral, reformulada en el libro Tiempo, trabajo y dominación social, publicado en inglés en 1993 y traducido al castellano recién en 2006.

La fábrica está cada vez más rodeada de barrio

¿Qué motiva su pensamiento? Postone intenta analizar desde el marxismo el creciente descentramiento del trabajo proletario, que ya no parece ser el articulador fundamental de las luchas políticas y sociales ni el protagonista privilegiado de las agendas de la izquierda. Sostiene que la creciente tecnificación de la producción parece estar desplazando a cada vez más personas del ámbito del trabajo asalariado estable. Crecen entonces el precariado, la desocupación estructural, los patrones de contratación flexible y otros fenómenos por los cuales el
trabajo asalariado tiene cada vez menos peso para definir la identidad y los proyectos de las personas.
La lucha social ya no aparece monopolizada por los sindicatos fabriles sino que se expresa en una multiplicidad de movimientos sociales que se organizan
desde otros ámbitos, como el territorio, se centran en las disputas en torno a la subjetividad o la identidad (movimiento LGBT, feminismo) o vindican la diferencia cultural (pueblos originarios).

Dos reacciones opuestas

Frente a esta situación encontramos normalmente dos respuestas simplificadoras.

1°) La respuesta del marxismo "ortodoxo", cada vez más
desacreditado, consiste en negar estos emergentes o relegarlos (con mayor o menor grado de delicadeza argumentativa)al estatus de "contradicciones secundarias".

2°) Las miradas posmodernas, por su parte, caen en un pluralismo social según el cual el mundo actual se desgrana en una plétora de "luchas" e "identidades"
contingentes no susceptibles de articulación bajo el eje de ninguna "contradicción fundamental".
Postone ofrece una perspectiva estrictamente fundada
en la obra de Marx, que no cae en el pluralismo posmoderno ni en la ortodoxia obrerista, sino que intenta dar una caracterización marxista de la crisis del trabajo abstracto
como eje regulador de las sociedades contemporáneas.

(La nota completa en Sudestada N° 130 - julio 2014)

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Autor

Facundo Nahuel Martín